MONTAÑA
MELISA COSILIÓN
Yo también me llamo Tierra,
me llamo vida,
me llamo puerta.
Espero con paciencia de montaña
a que subas, te descubras y pernoctes.
Enciendo mis cabellos de hierba,
y dejo que tu cuerpo los empape.
Esa agua que encontraste
en el hueco de una roca
era agua de mi boca,
de la grieta más profunda.
También habito en la lengua de las aves,
en los pies de las hormigas que comparten el maíz
a un Dios de carne que lo busca.
Cómeme, bebe de mi… Desviste mi piel
de los seres que la habitan.
Vuélvete lluvia y ven a tocarme.