OTOÑO
GUILLERMO ALMADA
En la hojarasca crujiente
de los patios
el otoño va descalzo
simulando tu paso.
Cantan los ocres
su canción de letanías,
y los duendes de los árboles
hacen rondas
con hadas sibaritas
de aspiraciones orgiásticas.
Las ramas, desnudas,
se aferran a historias
del pasado,
con amantes etéreos
que anidaban
entre sus peinados,
y yo busco cautivarte
escribiendo poesías
en las cartulinas de colores
desechadas del Mercado.
Y aun así me pregunto dónde estás.
Como para acercarte
escribo tu nombre
en la pared de las ilusiones,
y una ronda de nubes
hace que me lluevas.
Y en esas gotas
que me empapan
desde el pelo hasta las suelas,
bebo fragmentos tuyos
en un éxtasis de amor sublime.
Y me cantas canciones
de cuna hasta que duerma,
en un sueño profundo,
entre tus manos,
y me acomodes despacio,
sin que nadie lo vea,
en la cajita de música