LO PEOR NO FUE
GUILLERMO ALMADA
Lo peor no fue
que dejara de amarme,
sino que huyera,
como si no pasara nada.
El abandono de persona.
Ese sosiego
con que me dio la espalda,
arrojando lo vivido
al bote de basura.
Yo la soñaba,
le escribía poesías,
atravesaba con ella
todo el día,
y cada minuto
de mis horas
se lo dedicaba.
Y, sin embargo,
una noche
anunció que ya no
regresaría.
No me dio lugar
a la defensa,
ni a argumentar a mi favor,
ni a nada.
Yo sé que ella está bien,
y que de mí no habla.
Mientras,
sigo tirado en este asfalto,
y aunque no puedan creerme,
la presiento,
con el sol,
cada mañana.