TANATOLOGIANDO
LAURA SALAMANCA L.
NEUROISIS y PSICOSIS EN UN ENFERMO TERMINAL
La posibilidad de la muerte tiene efectos sobre la mente de las personas, por lo que además de la enfermedad incurable por la que están cursando, se presentan en ocasiones situaciones que corresponden a psicosis o a neurosis.
Pero ¿qué es la neurosis?
Es un conjunto de ideas, pensamientos y conductas que son contrarias al YO, lo que significa que la persona aunque no se da cuenta, está en desacuerdo con sus pensamientos y conductas y muy probablemente viva realizándolas, a menos que se presente una crisis que reestructure su funcionalidad o ingrese a un proceso terapéutico.
Algunas de las características de la neurosis son la existencia de emociones displacenteras, como el miedo, la tristeza, el enojo, incluso las pseudo-emociones como la culpa, soledad, desesperanza y al mismo tiempo tener ideas recurrentes de algún suceso pasado, o fantasías catastróficas del futuro.
Aparte de la incapacidad de resolver los conflictos psíquicos, por lo tanto vivirá en el fracaso del yo, que como consecuencia tiene la disminución de la efectividad funcional y del desarrollo de sus aptitudes y una incapacidad de alcanzar la satisfacción y establecer adecuadas relaciones interpersonales. En el neurótico siempre se encontrará una ganancia secundaria
Un neurótico no se da cuenta de lo obvio, ni acepta sus propias necesidades y cuando se encuentra en una fase terminal, no cree que pueda autorregularse (a partir de sus propios recursos) ni auto apoyarse (afirmarse por medio de sus experiencias y vivencias) manipula a otros para que le digan cómo ser, o se obliga a vivir con reglas rígidas que aceptó sin asimilar (introyectos).
Aunque las neurosis no son exclusivas de pacientes terminales, ya que en los tiempos que vivimos hay un gran porcentaje de la población que la tiene, y con solo problemas existenciales pues con mayor razón se presenta en pacientes que saben que no les queda mucho tiempo de vida.
Y ¿qué es la psicosis?
Es cuando el pensamiento se encuentra en desorden y la persona no es capaz de diferenciar entre la realidad y la fantasía, siendo ésta ya una enfermedad mental.
El enfermo terminal puede sentirse atrapado por el temor a morir. En nuestra cultura la enfermedad se ubica como un fracaso y más aún la muerte. En ocasiones en el paciente terminal se presentan sentimientos ilusorios de omnipotencia e inmortalidad, producto del temor a morir y desaparecer, por lo tanto el psicótico puede vivir en un estado de terror permanente.
En la psicosis aparecen ideas delirantes, que se organizan en delirios sistematizados, en ideas erróneas patológicamente engendradas, alucinaciones (percepción que se produce sin que haya estimulación de los receptores sensoriales, puede corresponder a cualquiera de los sentidos) lenguaje desorganizado, comportamiento catatónico (síndrome caracterizado por periodos de rigidez física, negativismo, agotamiento y estupor) disfuncionalidad laboral y afectividad inapropiada.
El psicótico no tiene la capacidad de distinguir entre el mundo externo y su propia vida psíquica, el enfermo considera parte de sus impulsos, angustias y fantasías como algo que tiene una realidad externa.
Inclusos a la psicosis la hay dividido en:
Orgánicas (cuando existe una patología cerebral o somática general (tumores, infecciones, etc.) como la causa de la perturbación psíquica.
Y Funcionales o Endógenas. En la que no existe alteración orgánica concreta, en las que se considera que existe una multiplicidad de factores somáticos (hereditarios, metabólicos) y psicológicos
En conclusión una persona que se encuentra en cuidados paliativos es necesario que sea valorada por un psiquiatra que aminore estos males que le están aquejando y es que de por sí, el diagnóstico es demasiado para el paciente, entonces su mente comenzara a dar vueltas y a veces es necesario que reciban medicamento para mantener su estado anímico controlado o más o menos en equilibrio.
Si entendiéramos completamente las razones del comportamiento de otras personas todo tendría sentido
Las ilusiones se encomiendan a nosotros porque nos ahorran el dolor y nos permiten disfrutar del placer. Debemos por tanto aceptarlas sin quejas cuando se chocan contra la realidad en la que se hacen pedazos
Sigmund Freud
