PUERTA
MELISA COSILIÓN
He despertado hacia la noche
con un sentimiento áspero
y el estómago vacío –otra vez-
ese hueco revolviéndome
desde el ombligo hasta la nuca.
Soñé el llamado de tu boca,
la forma de tus dientes necios
ahí donde comienzan mis alas.
Reías, indiferente, distante.
Los trazos de espuma brotaron
a los costados del sueño,
tus cejas se hicieron espesas,
la maraña se volvió profunda.
No quise seguir ahí
donde te miro pero no encuentras,
porque no buscas, ni intentas.
Por eso esta mañana de frío
encaminé mi despedida
hacia la puerta.