Madonna había estado fuera del escándalo desde hace algún tiempo, de hecho desde que adoptó a sus pequeñas Stelle y Estere a principios de 2017, sólo se había dedicado a postear escenas familiares muy conmovedoras. Sin embargo, el día de hoy se destapó una situación que pone a la reina del pop dentro en el ojo del huracán nuevamente, pues se dice que la cantante tuvo un trato preferencial del gobierno de Portugal, lo que generó controversia y molestia de parte de los lisboetas.
La controversia surgió a raíz de un artículo del semanario portugués Expresso de este fin de semana, que anunciaba la existencia de un contrato entre la cantante y la alcaldía de Lisboa. El documento prevé el alquiler de un terreno que puede acoger hasta 15 vehículos a unos metros de su residencia a orillas del Tajo.
Esta revelación generó indignación en buena parte de la clase política portuguesa, que consideró que a la estrella estadounidense se le estaba dando preferencia. Incluso, el Bloque de Izquierda, aliado de los socialistas en el gobierno portugués, pidió regular el estacionamiento «con responsabilidad», dadas las dificultades que tienen los lisboetas en ese terreno.
El PSD (centro), el principal partido de oposición, quiso conocer «la razón por la que el alcalde autorizó tal excepción». En cambio, otra formación de centro, el CDS, acusó a Fernando Medina, el actual alcalde, «de emplear el patrimonio para su beneficio».
El documento, firmado en enero, prevé el pago de un alquiler mensual de 720 euros por el terreno y prohíbe a la cantante el acceso al palacio colindante, que actualmente es objeto de negociaciones para convertirse en la próxima embajada de Timor Oriental.
El contrato concluirá si Portugal y el país asiático alcanzan un acuerdo para establecer ahí la representación diplomática.