Un día después de las protestas contra el presidente francés, Emmanuel Macron, los monumentos de la capital francesa abrieron sus puertas, y los trabajadores de limpieza salieron a las calles a recoger basura y restos de los disturbios.
Los ciudadanos esperan el mensaje que el mandatario dará este lunes con el fin de inhibir al movimiento de los chalecos amarillos, que se movilizaron el fin de semana por cuarta semana consecutiva.