BITÁCORA DE CÁMARA: SUSANA CASARIN
RADIOGRAFÍAS
NORMA SALAZAR
Deja que la belleza de lo que amas
sea lo que haces
Yalal ad-Din Rumi
Susana Casarin Pliego Mexicana, egresada de la licenciatura Comunicación Social en la Universidad Autónoma Metropolitana sede Xochimilco. Editora y fotógrafa de la Colección Zonas de Monumentos históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia. Ha participado a nivel nacional e internacional por más de 40 exposiciones individuales y colectivas entre las que destacan la exposición Evangelische Akademie en Bad ball Alemania y en la Casa Democrática en Berlín. Su obra forma parte de la Fototeca Nacional SINAFO y de la Colección fotográfica del Banco de México.
Ahora, nos presenta una serie de fotografías de la India exuberante y sagaz que ha trabajado por algunos años en sus tres últimas visitas a este misterioso país.
¿Qué es la India? La India es el nombre que damos a un país que comprende multitud de cunas disímiles, las regiones son múltiples del mismo talante lo son de apoderarse y ejercer sus identidades propias, después de un tiempo desmedido por la potestad Británica. Prosigamos con nuestra traza del orbe auténtico que exclusivamente se revela, me refiero en una impresión, una imagen que pasa a la posteridad como lo muestra una fotografía, aquel tren de vida que caracteriza a la India y recorre su novela hasta la actualidad contemporánea sin abandonar el sistema de castas.
Susana Casarin comprometida con el arte de imágenes nos quita la máscara para que podamos observar realidades tan complejas, en ellas contemplamos rostros, espacios, momentos de cada clan al ir siguiendo su bitácora de fotografías capturadas. Hace un largo camino de viajes esporádicos a través de los años donde ha visto escalar a una India que comunica muchas carestías a través de sus fotos identifica posiciones económicas, políticas, sociales, religiosas, costumbres, cultura y música. Unos cimientos de movimiento nacional un epifenómeno del sistema educativo colonial. Sí, la India uno de los países más curiosos honrado por sus usanzas su percepción de la realidad, una de las naciones más espiritual del mundo, otra de las tipologías que nos asombra consiste en sus celebraciones; las mujeres con sus atavíos e inclusive sus ritos maritales. Casarin en segundos con cámara en mano y mente abierta aplica un trasfondo de un país multifacético: manifestaciones artísticas, las artes, las danzas, la escultura, la cerámica, la pintura, la arquitectura, la gastronomía asimismo la enorme diversidad de su gente. Un barco flotante en aguas calmadas y paredes blancas han sido escenarios de gran magnificencia cinematográfica.
En su bitácora de cámara no perder de vista la fuerte tintura que identifica al país; enfatizo nuestra fotógrafa Casarin resalta lo colorido, tonos cardinales a su vez rigen una forma de vida, representa un símbolo importante en el cotidiano hindú; el color rojo es un color de amor y fertilidad, el azul es el color de Krishna; el amarillo representa al color de la cúrcuma y el verde es el símbolo de la primavera y los nuevos comienzos. Por otro lado el festival del color es una celebración de libertad y felicidad para el país de origen del Bāpu Mahatma Gandhi, me refiero, al festival Holi trascendió las fronteras de la India. A través de esta magnífica serie fotográfica muestra a la familia hindú como implacable núcleo erigido por las relaciones estrechas y más humanas que las que ostentan las sociedades occidentales.
Icónica, más viva por su andar bullicioso entre sus calles que transpiran vidas desiguales aún contemplativas invitan a nuestros inconsciente a reflexionar sin olvidar nuestro asombro, Susana Casarin en sus fotografías llama nuestra atención de una India que intriga y hechiza a causa de sus equívocos, aunque en otros parámetros han permitido la afirmación de su posición, sin duda este mosaico fotográfico que muestra Casarin nos da un espejo indeleble asimismo divisamos el alcance económico de la India, una representación desmedida en su restructuración aunque en otras cuantificaciones ha concedido la afirmación de su lugar como potencia emergente, es incuestionable que contemplemos desde una óptica demográfica la situación actual en este emblemático país multicutural.
La bitácora de cámara de Susana Casarin expone una refulgente India, representa una inconmensurable India entre sus países vecinos, ajusta las objeciones, la realidad cruda. India de progresión y subdesarrollo, abundancia, democracia política y arcaísmo social. La India laica y devota de acción, idealista a su vez pragmática, aliada tanto del Norte como del Sur. India de castas y comunidades desiguales con los apremios entre comunidades e incomprensión de identidades a su vez conflictos entre las comunidades. Un país con aristas, ávido lector le invito a que aviste de un tiempo para disertar esta dicotomía con sus series fotográficas y pueda descubrir a la República de la India un país soberano ubicado en el sur de Asia.
Cobijo de la cultura del valle del Indo y un territorio fehaciente por sus rutas comerciales y magnánimos imperios el subcontinente indio fue reconocido por su riqueza cultural y comercial en su mayor parte de su larga historia. Este viaje a través de su lente Casarin muestra una alta calidad de rastreo visual en cada foto encontramos metáforas de registros de aquellas vidas cotidianas como si fuese lo perfecto de una emoción y la sonrisa impredecible en los rostros de los niños que no se afligen por sus carencias, sin duda, estamos ante una fotografía humanista que trastoca y registrar la vida cotidiana más humana. Fotógrafa de testimonios, sin perder la plasticidad la poesía que podemos encontrar en una imagen es otra perspectiva de ver a una India con su lucha a su paso de la serie observamos la preocupación marcada por ella, un alto grado de sincretismo y pluralismo que los hindúes han logrado atesorar sin perder sus tradiciones fundamentales, asimismo en algunas fotografías corroboramos el nuevo mundo contemporáneo que ha llegado a la India donde la modernidad absorbe nuevas costumbres, tradiciones e ideas de los inmigrantes al expandirse en el territorio. En sus fotos Casarin observamos la usual indumentaria india, sus colores y estilos acorde a la región; los talantes notorios de vestido incluyen prendas sencillas como el sari para las mujeres y el dhoti para los hombres.
Termino, escribiendo ansiosos lectores cada trabajo expuesto por Susana Casarin muestra una sensibilidad poética subyacente, accediendo que el sello de sus personajes brille a través de sus Yo ҆s.