El Papa Francisco aceptó la renuncia del cardenal Ricardo Ezzati, arzobispo de Santiago de Chile, y nombró a un sustituto temporal para gobernar la arquidiócesis más importante de Chile después de que Ezzati se viera involucrado en varios escándalos de abuso sexual y encubrimiento en el país sudamericano.
La decisión coincide con la confirmación el viernes del proceso contra el cardenal Ezzati por parte de un tribunal de apelación chileno por no haber denunciado los abusos sexuales cometidos por tres curas.
Ezzati, el más alto dignatario de la Iglesia católica en el país sudamericano, fue convocado en octubre por un fiscal chileno y guardó silencio aunque prometió a la prensa su colaboración con la justicia.
El cardenal, de 77 años, presentó su dimisión hace dos años, cuando alcanzó la edad de jubilación obligatoria de 75 años, pero Francisco lo mantuvo en su cargo.