ENTRE PENURIA Y RUTINA
A PULSO DE TINTA
GABRIEL AVILÉS
1
Estoy cansado, fallezco cada mañana, recorriendo las mismas calles, de saludar al hombre de las manos sucias, ver caer de los árboles, solsticios mientras mis lágrimas huyen por sumideros.
Cansado de vivir sin vivir, de ladrar mis penurias a través de un verso ya consagrado.
Pariendo líneas con más pena que gloria y sentirme pusilánime al transcurso de los días mientras mi mente añora su cadáver.
2
Falsedad
Discurso de un fariseo que se siente bondadoso cuando en realidad es un pervertido con verborrea.
Por 30 monedas de tierra, aguanto, a ese perro de seguridad cuyo amor se nombra gula y disparar a sus siervos con una sórdida mueca de arlequín.
3
Por el cristal, una mujer con un tumor en la frente pide limosna.
Nadie se apiada
Hombres y mujeres ríen entre manjares y iphones.
La indiferencia se ha vuelto un rito diario,
Ella prosigue su caminata a la hondanada
El sol del mediodía
Raspa su rostro y la muerte cabalga con lentitud.
4
En mis segundos de lucidez para no sentirme muerto, comparto mi pobreza con vagabundos que duermen alrededor de mis raíces, al despertar reitero sus pesadillas y el ocio les inyecta reiteraciones.
Abro mis ojos, al lado de mí, depresión y muerte, clamo por a mi soberbia aún siento la esclavitud pero me arraigo al trágico escarlata de las horas.
5
Soy el despojo de mis versos
Aquel que urdía presagios a la alforja implacable de las palabras sin pensar en la malquerencia de una página adultera y sola.
Ahora, en esta mísera rutina, no veo al hombre ni al poeta sólo a un espantapájaros acostumbrado a dormir con cuervos y en la afonía perpetua y arrogante del caos sin luz o lágrimas.
6
Chirriar de una silla de ruedas,
Balbuceos de una canción por una limosna
“YO TENGO UN AMIGO QUE ME AMA… ME AMA”
Perros que husmean su cola por hermetismo,
Miradas de hombres buscando placer,
Seudo indígenas danzándole a Venus
Y un caracol afónico reclama
La absurdez de esos impíos.
Un gringo toma fotografías
Del proxeneta en alquiler,
Sentado en la banca de las citas,
Un lisiado grita por unos pesos
Para arroparse con el olor a brama
De un firmamento que se suicida en la absurdez del caos.
Este poema está dedicado al Parque Palapas Cancun y todo su entorno. Gratos recuerdos.