Editorial

CHERNOBYL LA INVISIBLE MENTIRA – RADIOGRAFÍAS

CHERNOBYL LA INVISIBLE MENTIRA

NORMA SALAZAR

RADIOGRAFÍAS

                                                                       “Cada mentira que decimos incurre en una deuda

                                                                                                 con la verdad. Tarde o temprano, esa deuda se paga”

                                                                                                                                                      Valeri Alekséyevich Legásov

 

Este epígrafe con afirmación y endurecimiento ansiosos lectores es uno de los  preámbulos de lo que se llamó Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y su poderío a nivel internacional, ahora Rusia en lo importante sincrónicas. Las vicisitudes ocurridas en la central nuclear de Chernóbil (en ruso Чернобыл), por supuesto nos enteraremos del azaroso 26 de abril del año 1986 en dicha central a través de la aplaudida serie Chernobyl una coproducción de HBO de los Estados Unidos y Sky del Reino Unido. Su primer estreno fue en la Unión  Americana el 6 de mayo del presente año para Reino Unido el 7 de mayo de 2019  con cinco capítulos que finalizó el 3 de junio en este año. Una miniserie de televisión bajo la categoría drama-histórico gracias al guionista y director estadunidense Craig Mazin.

Un registro ficcional o realmente la afirmación de un grupo social adentro de aquel micromundo narrado de forma catártica; escrupulosa investigación la relación entre la forma de la serie con sus protagonistas. Observar más allá entre ficción y el Estado contar aquellas historias es una diligencia una obligación social. El director Mazin con su cámara muestra aquellos trascendentales paralelismos de lo que vivió esa sociedad contemporánea que fue la víctima.  Concentrar en el poder la información, y cómo líderes deshonestos logran ejecutar faltas irreflexivamente que va más allá de su visión, puesto que el mentir es “normal” y cuando se abusa de la autoridad nos hacemos el cuestionamiento ¿Cuál es el precio de las mentiras? En la miniserie Chernobyl distinguimos advertir una verdad que a simple vista no le preocupan a la gente civil o las necesidades básicas, tampoco les preocupa a su gobierno, siempre estarán en la lista de las peticiones con una fugaz espera, es así, la última verdad sobre Chernóbil. Su respuesta de Valeri Alekséyevich Legásov a todos los que estuvieron implicados es fuerte el costo de sus disfraces tuvo un precio costosísimo.  Sí, desde el primer momento que se reveló la noticia al Partido Comunista de la URSS éste se negó aceptar el incidente, por ende, no  evacuar inmediatamente a todas las comunidades cercanas de la central nuclear de Chernóbil que murieron por alta dosis de radiación, segunda pregunta muy pertinente ¿Por qué no evacuar? tercera ¿Cuál es su razón de los altos mandos del poder? Sus respuestas sin escrúpulos fueron como en la Guerra Fría el querer demostrar su poderío soviético ante el mundo era lo esencial, antes que la vida de sus conciudadanos. Una grave falta de responsabilidades políticas acompañadas con una ocultación y tardía reacción, Legásov (Jared Harris en la serie) quita la máscara ante la comunidad científica la causa vital del suceso, se debió a una falla de diseño en los reactores, causado por utilizar materiales de baja calidad para abaratar los costos, acto seguido en su confesión expone; provocaría que el botón de emergencia para apagar las turbinas fuera inútil, originando todo lo contrario al presionarlo y así parar, no fue lo esperado finalizó convirtiéndose en una bomba nuclear.

Por otro lado, podemos ver en la serie el papel que de la afamada agencia KGB coaccionó a Legásov para que no informará la calamidad y poder seguir con una lamentable falsedad ante el resto del mundo, no ser señalada a la ex Unión Soviética que no era culpable por haber provocado la mayor hecatombe en el  medioambiente de toda la historia del siglo XX  por no publicar ante los medios internacionales haberse ahorrado capital en materia prima en no instruir a profesionales al nivel requerido y los protocolos primordiales en  este tipo de trabajos. Ahora bien, el día 26 de abril se ha marcado como un día irrevocable para la historia de la humanidad, a causa de uno de los reactores de la central nuclear de Chernóbil situada en Ucrania, esparciendo una nube radioactiva por todo el hemisferio norte de la Tierra desde Checoslovaquia hasta Japón, déjeme enfatizar, éste accidente nuclear como el de Fukushima I en Japón del año 2011 es considerado como el más peligroso en la Escala Internacional de Accidentes Nucleares (nivel 7) no quede la menor duda que ha sido uno de las calamidades para el medioambiente más ATROCES de la historia. La irresponsabilidad del Gobierno de Mijaíl Gorbachov queriendo ocultar el incidente hasta que fue detectado por una Central de Suecia. Otra directriz en la serie Chernobyl es la ficción del personaje de la física nuclear Ulana Khomyuk (representado por Emily Watson) la actuación narrativa para hacer prosperar las investigaciones referente a los culpables por lo ocurrido. Este personaje ficticio que entrelazó el director adentro del drama esta creado con un solo fin para visualizar a los otros físicos que aportaron su experiencia durante los próximos meses, asimismo, comprender lo acontecido de la tragedia. Los clímax se observan en la veracidad de los hechos narrativos de toda la serie, respetando los diálogos íntegros del libro Voces de Chernóbil de la autora Svetlana Alexiévich, Premio Nobel de Literatura 2015 “Cierra la ventana y acuéstate. Hay un incendio en la central. Vendré pronto”, esto fue lo último que Vasili Ignatenko un joven bombero le contestó a su esposa Liudmila antes de partir al lugar de la explosión, él nunca regresó.

Término, ávidos lectores, sólo queda reflexionar y afrontar ajenos rumbos de orden político, económico, social a nivel internacional en nuestro mundo con todo sus  graves problemas, hoy en día la verdad la tenemos enfrente gracias a los medios de comunicación y medios impresos, donde ciertos líderes no quieren  observar los drásticos cambios de orden climático, sólo, debaten de su existencia, no hemos aprendido lo que nos muestra esta serie Chernobyl del director Mazin o leemos en Voces de Chernóbil de la periodista y novelista Alexiévich son dilemas de nuestro tiempo contemporáneo que están en el aire. Como lo escribe la Entrevista de la autora consigo misma sobre la historia omitida y sobre por qué Chernóbil pone en tela de juicio nuestra visión del mundo. Sí, ella misma se contesta “Chernóbil es un enigma que aún debemos descifrar. Un signo que no sabemos leer. Tal vez el enigma del siglo XXI. Un reto para nuestro tiempo” Hoy, en pleno siglo XXI la muerte está en el aire, esa muerte tiene nombre y es RADIACIÓN, aros concéntricos fue colectivo, éste es el otro clímax de la historia.

Chernobyl es una creación con una destreza porque exhibe un tiempo fijo, además una atmosfera existencial, emocional que está descifrada con habilidad británica porque dejar ver una exigencia de un método realista social  muy suyo de las soberanías. La ficción del Estado ruso se confronta a la ficción de HBO, esa muralla  política del ocultamiento inalterable se resplandece en la pluma narrativa con una óptica que estremece y, a pesar del drama crudo cautiva desde el primer capítulo al telespectador. Mientras tanto la narrativa de Alexiévich  se rige en una introducción antropológica con una estética disímil para enfrentar al discurso oficial y representar con una dignidad el proceso con que el socialismo real aniquiló a sus propios ciudadanos. Ella escribe sinfonías enteramente conmovedoras en cada una de sus entrevistas y termina diciendo “Muchos vieron en la verdad a un enemigo” y  Legásov en una línea declara sus acciones cometidas “Cada mentira que contamos implica una deuda con la verdad”

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