RADIOGRAFÍAS
Georges Bataille y el Sacrificio del Erotismo
NORMA SALAZAR
Toda esa literatura germinada en torno al análisis de la personalidad secreta del hombre, la obra del filósofo, ensayista, crítico, novelista y poeta Georges Bataille fue una de los temples más atrayente en la vida intelectual francesa a partir de la primera eclosión del movimiento surrealista durante los años de 1920.
¿Qué fue el erotismo para Georges Bataille? Bataille, funda una categorización del erotismo afín en las categorías de encadenamiento que se instaura entre los contrayentes del compromiso erótico. El erotismo de los cuerpos, erotismo del corazón y el erotismo místico, estas categorías, residen sobre todo el hecho de que el término del erotismo se inicia para él connaturalmente como erotismo, es una forma de dar origen a nuevos seres humanos un procedimiento de orden íntimo que procura añadir la conciencia a la posibilidad ineludible de la muerte mediante su imitación o representación en el acto sexual, afirma “Lo que está en juego en el erotismo es siempre una disolución de las formas constituidas… de esas formas de vida social, regular, que fundamentan el orden que somos” Bataille parte de la intensificación de la idea de “lo prohibido”, del tabú que ha sido considerablemente trabajado por los antropólogos y por los psicoanalistas. El tabú, como tal para la antropología clásica expresa invariablemente para símbolos, es decir, lo relega a una función real sólo dentro de aquellas sociedades que logran abogar, específicamente en una ideología prodigiosa, esto nos lleva a reflexionar el otro perfil de universalidad trascedente muy lejanamente de erigir en su raíz auténtica de la sociedad transformar en una costumbre añeja. En el ensayo Les Larmes d‘ Eros (Pauvert, edit. Paris. 1961) El manejo del mito como unión de la expresión de ideas, asimismo examina por medio de un procedimiento que se mantiene no sólo en la reflexión filosófica, sino también un análisis. Orden de antecedentes iconográficos referentes de la historia del arte occidental, la correspondencia estrecha que existe entre el amor y la muerte.
Podemos decir que, erotismo es una anuencia de la vida hasta en la muerte adecuadamente conversando, si se presentara dar una puntual ilustración, indudablemente habríamos de partir de la actividad sexual reproductiva, que es una forma particular del erotismo.
La actividad sexual reproductiva la poseen en común los animales sexuados y los hombres pero al sólo los hombres han dispuesto de su actividad sexual una actividad erótica, adonde la diferencia que aparta al erotismo de la actividad sexual llana es una exploración psicológica independiente del fin natural dado en la reproducción y del cuidado que dar a los hijos.
Por otro lado, el espíritu humano está expuesto a los sucesos más extraordinarios continuamente con sus miedos, a sí mismo, sus movimientos eróticos le aterrorizan y éstas son las pasiones inconfesables.
Le miroir de la tauromachie de Michel Leiris donde el erotismo es apreciado como una experiencia enlazada a la vida; no como un objeto de una ciencia, sino como centro de la pasión más hondamente como esencia de una devoción poética.
La poesía lleva al mismo punto que todas las formas del erotismo a la indistinción a la confusión de objetos distintos, nos conduce hacia a la eternidad, nos conduce hacia a la muerte y por medio de la muerte a la continuidad; la poesía es la eternidad, aquí unos versos del poeta más violento de aquella época, me refiero Arthur Rimbaud
“Recordaba está.
¿Qué? La eternidad.
Es mar, que se fue
con el sol”
Quiero precisar en primer término hasta qué asentamiento son vanas las afirmaciones triviales según las cuales la prohibición sexual es un prejuicio del que ya es tiempo de liberase. La vergüenza, el pudor que custodia al sentimiento, origen del placer no coexistirían sino experimentas, esto aunado a falta de inteligencia. La humanidad entera no fuese el efecto de inclinaciones de horror perseguidos de atracción con los que la sensibilidad y la inteligencia se atan pero sin querer enfrentar apariencia de la risa cuya procedencia es la indecencia, podemos volver en parte sobre un talente metido por la propia risa. Madame Edwarda
“La risa nos pone en ese camino en el cual el principio
de una prohibición, que las decencias necesarias,
inevitables imponen, se convierten en hipocresía obtusa,
en incomprensión de lo que está en juego. La licenciosidad
extrema unida a la broma está acompañada de la negativa
a tomar en serio –es decir, a lo trágico- la verdad del erotismo”
Término ávido lector, parto básicamente del principio, según el cual el erotismo nos abandona en la soledad, el erotismo es al menos aquello de lo que es difícil conversar. Razones que no son exclusivamente convenidas, el erotismo se precisa por el secreto y que no puede ser público. El filósofo puede hablarnos de cuanto siente; en principio la experiencia erótica nos obliga al silencio. Sin embargo ¿Qué simboliza la cavilación del ser humano sobre sí mismo, sí es intrusa a los estados de emoción más intensos? El erotismo en los corazones es más libre, si bien se aparta superficialmente de la traza del erotismo de los cuerpos, proviene de él por el hecho de que a menudo es sólo uno de las cataduras, consolidado por el afecto mutuo de los amantes.
“Sin haber pensado en ello un solo instante,
“sabía” que comenzaba la agonía. Aceptaba;
deseaba sufrir, ir más lejos, ir, aunque para ello
tuviera que morir, hasta el “vacío” mismo”