Editorial

LAS OTRAS… LAS METÁFORAS SOCIALES

LAS OTRAS…

LAS METÁFORAS SOCIALES

Mar Gómez

“La fe no consiste en creer sin ver, sino en creer que se ve.”

Antonio Machado.

        La metáfora es una figura retórica que consiste en identificar un término real, con otro imaginario, existiendo entre ambos una relación de semejanza; así de simplista refiere el diccionario de la Real Academia el concepto desde lo lingüístico literario, y así las comprendemos los que estamos cercanos a la literatura. Sin embargo poco hablamos de las otras… de las metáforas comunicativas o socio cognitivas, las que no poseen un objetivo estético ornamental de y  para productores de textos y lectores/oyentes, sino de aquellas cuya finalidad sociológica es para el hablante/oyente ordinario de cualquier lengua natural, la de un agente social completo. Estas metáforas  se refieren a las construcciones de significados, de objetos, símbolos y comportamientos dentro del lenguaje coloquial. En función de la retórica son figuras con una connotación de institución social cuya doble intencionalidad, actividad instituyente, e instituida,  funcionan entre los hablantes como instrumentos con denotación para acceder a ciertos tipos de presuposiciones, intereses, estrategias y argumentaciones, que introducen patrones culturales en los grupos de quienes las construyen o las utilizan a diario para hacer referencias a sus tareas.

        Se argumenta que todo discurso está poblado de metáforas, que la mayoría de ellas, y  las más potentes, pasan desapercibidas tanto para quienes las dicen como para quien las oye. Es más, las metáforas no sólo pueblan los discursos sino que los organizan, estructurando su lógica interna a la par que sus contenidos. Lo relevante para un científico social está en que, a través del análisis de las metáforas, se pueden perforar los estratos más superficiales del discurso para acceder a lo no dicho en el mismo: sus pre-supuestos culturales o ideológicos, sus estrategias persuasivas, sus contradicciones o incoherencias, los intereses en juego, las solidaridades y los conflictos latentes, es decir, el estudio sistemático de las metáforas puede emplearse como un potente analizador social.

        El interés  de un análisis social de las metáforas usadas como construcciones propias de los diferentes grupos sociales, radica en la idea de ir revelando como estos colectivos  visualizan el proceso de construcción identitaria; a su vez rescatan una conceptualización sobre el imaginario social que hay de ellos. Se trata de una capacidad creativa con la imaginación de los integrantes de cualquier gremio y de su tarea, lo cual pueda develar el potencial creativo de su ser, al realizar producciones mentales.

        ¿Cómo se perciben los escritores a sí mismos, y cómo creen son mirados por el entorno social?

        Las respuestas que puedan generarse a esta pregunta, sin duda estarán basadas en producciones imaginarias desde un evento narrativo de los que las respondan.

        Los análisis a este tipo de réplicas se realizan desde una clara consciencia proyectiva perceptual, como experiencia subjetiva, dejando bien claro que es utilizada para valorar el mundo cognitivo del narrador (como piensa él) y no valorar las percepciones que él realiza y que constituye su mundo inconsciente, teniendo cuidado de no confundir el concepto de proyección en el sentido psicoanalítico freudiano como mecanismo de defensa utilizado por el Yo; tampoco ha de confundírsele con la difundida versión de ese concepto que denota cualquier atribución de la propia conciencia, pensamiento o sentimiento a otra persona. Es proyectivo el análisis, pues, posee características de esta técnica que  penetra en la personalidad individual y se acerca a ella; pero en ningún momento pretende evaluar características inconscientes puntuales, sino a la persona desde el método global,  donde supone que el sujeto organiza sus respuestas en función de su propio mundo interno social, sus motivaciones, ideas, percepciones inmediatas y actitudes respecto a su propia historia de vida cultural. Queda claro que no es un enfoque clínico terapéutico el que ayuda a estos análisis, por el contrario, es un enfoque  desde lo social y lo cultural, a fin de rescatar aspectos cognitivos perceptuales imaginarios. De esta forma se recupera por la transmisión verbal directa la expresión creativa que no se muestra en las formas protocolarias del habla común, donde todo enunciado es parcial, sesgado y opaco, desconociendo el personal sello distintivo de la locución que embarga al individuo que la crea, que imagina.

         Los imaginarios  sociales por tanto corresponden a elaboraciones simbólicas de lo que se observa  de lo que atemoriza, o de lo que se desea exista culturalmente.

        Queda pues el texto como provocación para quién desee hacer investigación y responder la pregunta acerca de los escritores, gremio que cuenta con antropólogos, sociólogos, políticos, psicólogos, docentes y un sinfín de profesionistas que a la par hacen literatura.

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