El Otoño
Olivia Peón Cardín
Sinalefa de Mujer
Otoño sigues siendo
todas esas fragancias
esos atardeceres
de verdores oscuros
y ese color ausente
de amarillas nostalgias.
Tu ceño esta fruncido
de llanto contenido,
de trémulos silencios
como de notas graves,
y a vuelo de aves suenas,
y a manzanas me sabes.
Mis pensamientos son
de tus rojos amores
el delirio constante
de tu voz ronca y suave
eres vino añejado
que deja su sabor.
Rosáceas hojas fuego
de languidez mostaza
que en el paisaje acechan
con añorados cantos
de guitarra y licor.
Ya la lluvia resbala
en tus mejillas naranjas
pareces un estuario
donde la luna canta.
Tus hojas van cayendo
cual árbol despeinado
silencioso y herido,
como un beso en mi alma.
Insensato mendigo,
dejaste tú, los días
cual buzón vacío,
sin cartas ni palabras,
todo lleno de insomnios
y desesperanza.
Soy quien te esperaba
desde la primavera
para acunar tus brazos
al viento mientras sueñas.
Caballero ojeroso
de llovizna otoñal
no se dónde guardarte
humo de viento frío.
Porque tú me recuerdas
ciudades y caminos
paisajes y distancias
y aviones solitarios.
Me recuerdas ternura,
abrazos, despedidas,
fantasías y esperanza
de cítricos amores.
Bienvenido seas siempre
bosque de ciprés triste
alegre huapanguero
que derrocha en mis venas
frutales sangramientos
de aromas vecinales.
Trae en tus bolsillos besos
que me duren cien años,
añoranza en tu pecho
y tu amor para amar.
Fuente de inmensas hojas
que caen al olvido
sois dulzor desteñido
de mi alma de bolero.