RADIOGRAFÍAS
Harold Bloom el último docto del Bronx
NORMA SALAZAR
Harold Bloom nació un 11 de julio de 1930 en East Bronx Nueva York, Estados Unidos fenece el 14 de octubre de 2019 en New Haven Estados Unidos a los 89 años de edad; sus padres fuero William Bloom y Paula Lev de origen judíos. Sus estudios los realizó en las universidades de Cornell y Yale en esta última fue profesor y académico. Cátedras destacables fueron Sterling (1955) como la cátedra Berg en la Universidad de Nueva York (1988 hasta 2004). Reconocimientos: Premio Internacional Cataluña 2002 y Premio Internacional Alfonso Reyes 2003, con más de cuarenta títulos innumerables entre crítica literaria, religión y una novela destacan Shelley’s Mythmarking. New Haven: Yale University Press, 1959, The Anxiety of Influence : A Theory of Poetry, New York. Oxford University Pres, 1973, The Westerns Canon: The Books and School of Ages. New York, Harcourt Brace, 1994, Omens of Millenium: The Gnosis of Angels, Dreams and Resurrection. New York, Riverthe act Books, 1996.
En nuestra existencia como en la literatura, está muy afín lo idiosincrático con sus exuberancias por las cuales se aplican en un cierto sentido, no es fortuito que los historiadores, críticos persuadidos de que todo nos sobre determina una historia de la sociedad -reflexionando los protagonistas literarios como signos en una página y nada más-, esto si no tenemos un minucioso análisis propio.
Tal fue su lucha de Bloom que siempre estuvo en contra de paradigmas académicos, que afrontó con perseverancia insaciable adentro de sus aulas; fue la de un hombre libre con afán de sensatez y vehemencia siempre en contra de desatinos masificadores por las primicias. No debemos olvidar claroscuros en la historia/literatura, déjeme recordarles que hubo una Escuela de Frankfurt, el psicoanálisis, la deconstrucción, el marxismo por supuesto toda la efervescencia del postestructuralismo que se atacaba a las humanidades era un campo de batalla convirtiéndola en una simple manifestación puntual de todos los prejuicios. La lectura ideologizada vuelve a la obra una topografía de la conciencia al que todo individuo tiene derecho a conocer el linaje de su brío, con Bloom expira todo un siglo. Emerson puntualizó “El hogar del escritor no es la universidad sino el pueblo”, es decir, que la sociedad no puede prescindir de hombres y mujeres exclusivamente cultivados, al contrario deben tener poetas, narradores, cuentistas, críticos, ensayistas fuertes que representen a estos hombres y mujeres; ser representantes de sí mismos con una cultura de espíritu humanístico. Professor the Humanities, con un tinte esotérico podríamos referirnos a él, una “luz interior de la crítica” por su labor impresionante y erudita para los amantes de la literatura. Posseassed by Memory es un libro conformado en cuatros partes: 1. El origen a la usanza hebrea: los profetas y la Biblia; 2. A William Shakespeare; 3. La tradición inglesa que incluye a Samuel Jonhson su predilecto de Bloom al mismo tiempo con los poetas románticos y victorianos. 4. La poesía americana moderna de Walt Whitman; los poetas del siglo XX como Wallace Stevens, Hart Crane Elisabeth Bishop, John Ashbery. Un especialista notorio que da un repaso exhaustivo a los textos en su mayoría poéticos. Aprendió de aquellos textos literarios de John Milton y los pasajes del Cantar de los cantares para Bloom era algo más profundo “Leía poemas de modo incesante porque me sentía solo, y porque, de alguna forma, pensaba que se convertirían en personas para mí” Aquí, nuestro docto Harold Bloom demuestra sagacidad por relecturas cuantiosas; aquellas nostalgias de su niñez y juventud que afloran con una voz propia del pretérito que nos muestra en un período actual, reiterándonos “Creo que enseñar a Shakespeare o Moby Dick puede despertar esa antigua llamada gnóstica que proclama la resurrección antes de la muerte”
Sus frecuentes insomnios en compañía de la cábala y que fuera amigo de Gershom Scholem quien lo consideraba su mentor que le expreso ciertas ideas de Jung para facilitarle la objetividad en su actividad de crítico literario, no debemos perder de vista que su tradición pertenece a la occidental anglosajona.
Vendría la Escuela del Renacimiento que estaba integrada por neoconservadores, feministas, multiculturistas, lacanianos y explosivos marxistas que no se podían ignorar, ya que precedían obras tan contundentes como El canon occidental; Shakespeare. La invención de lo humano, o La ansiedad de la influencia. Reafirma Bloom “El que lee debe elegir, puesto que literalmente no hay tiempo suficiente de leer todo, aun cuando uno no hiciera otra cosa que leer todo el día”
Como parte del contraataque de los tradicionalistas El canon occidental era el objetivo exacto de lectores que buscan renovar los programas los planes de estudio en los altos ámbitos universitarios, nuestro catedrático los conocía perfectamente y su medula primordial consistía en la crítica Deconstruccionista que vendría de Francia y Bélgica, Déjeme ser enfática amable lector; en una sociedad contemporánea no puede obsesionarse por un ambiguo complejo, no es de extrañarnos que su obra El canon occidental (1994) acogiera todo tipo de enaltecimientos y vituperios junto al citado George Steiner éste con su magnífica obra Presencias reales (1994) lidió con talento, solidez y compromiso la novedad de la Deconstrucción, senda de Jaques Derrida eliminando el gran relato de la historia con los nombres que atañían aprender con mucha dedicación, es decir, su objetivo, culminar las retóricas. Que posteriormente Groucho con su emblemático humor sentenció “La Escuela del Resentimiento” que abarcaba derrocar la gran edificación de la cultura occidental en aras del encubrimiento de asuntos laterales recientes y efímeras modas intelectuales. El crítico literario del Bronx, subrayó en cierto momento a sus lectores que sus libros deberían leerse, como lo hace un poeta a la hora de sentarse a escribir un poema las líneas adecuadas donde se entrelaza una considerable comunicación a cierta distancia por lo que expresa en la hoja en blanco, detenerse, como lo hacían sus antecesores cuando los seduce su inconsciente por aquellas primeras lecturas. Esto lo podemos comprobar en la tesis sobre Shelley que descubrió una ardua labor de crítica académica e inteligente para realizar un magnífico trabajo del genial poeta inglés aseverando «No despiertes a la serpiente si no sabes el camino que va a tomar”
Termino ávido lector, sé que Harold Bloom amaba la enseñanza y sus alumnos a él por la pasión y tesón que aportaba en su cátedra, lo respetaban. Ha dejado una huella profunda en el ámbito intelectual/académico con más de cuarenta títulos donde sus fieles y futuros lectores podrán regocijarse del conocimiento, la verdadera actitud de la crítica literaria.