Editorial

El Negocio de la Violencia – Aquí Empieza el Abismo

El Negocio de la Violencia

Roberto Cardozo

Aquí Empieza el Abismo

 

Cuánta razón tenía el director de un periódico que circula en Yucatán, cuando al preguntarle, hace varios años, sobre el por qué su rotativo incluía en las portadas, imágenes grotescas de acidentes y hechos sangrientos de manera explícita, contestara con un ademán mezcla de cinismo, resignación y avaricia: es lo que la gente compra y esto es un negocio.

En estos días se ha vuelto viral el caso de una chica asesinada de una manera cruel y humillada después de su feminicidio por la manera en la que la trató su asesino, primero y, segundo, cómo la trataron tanto los medios de comunicación como la misma opinión pública.

Lamentablemente, aún con las más buenas intenciones, pude notar cómo algunas personas buscaban las imágenes que circulaban por las redes y hasta el momento no entiendo por qué tienen que verlas para mostrar indignación. A mi no me engañan, aunque se entristecen, se enojan, denuncian y alzan la voz para que esta situación en nuestro país deje de ser una realidad contidiana, sienten la necesidad de alimentar el morbo.

Quizá tampoco es para alarmarnos, a todos nos llama la atención la violencia de la sangre y nos fascina la fragilidad de la vida ante este tipo de situaciones. El problema es que sin darnos cuenta, revictimizamos a las personas, insisto, aún cuando lo hacemos con buenas intenciones.

Vivimos en una sociedad violenta, estamos acostumbrados porque somos bombardeados todo el tiempo por todos los medios, lo que no lo hace necesariamente correcto, pero lo que realmente es triste, es no somos capaces de aceptar que seguimos la mayoría de las noticias únicamente por el morbo que nos causa.

Como cualquier adicción, lo primero que debemos hacer es reconocer que somos una sociedad morbosa, que se regodea del dolor y de las humillaciones a los demás. Desde la burla a los videos “graciosos” de accidentes, hasta la manera de expresarnos de las autoridades. Claro, no es lo mismo hacer una crítica, ironizar sobre algo, que simplemente burlarnos de manera violenta.

Mientas no rompamos con estas inercias, seguiremos viendo en las noticias y en las redes sociales estas imágenes y estas situaciones que revictimizan a las personas. Claro, tampoco me proclamo un moralista, cuando acepto que en algún momento fui consumidor asiduo de páginas de violencia gráfica y si vamos a continuar así, por lo menos no nos hagamos los ofendidos en público.

Nos quejamos de la falta de ética de los medios de comunicación, cuando, como decía el director del periódico, somos nosotros quienes consumimos este tipo de información y los medios son un negocio, el negocio de la violencia.

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