TANATOLOGIANDO
LAURA SALAMANCA
CONCIENCIA DIVIDIDA
Para este caso, primero debe queda claro que es la conciencia y varía mucho según los autores.
La conciencia es una característica humana complicada y significativa que según las experiencias del individuo debe ir en expansión durante su vida. Es la habilidad para responder a pensamientos, percepciones e ideas nuevas, dentro de un estado normal de vigilia con un determinado grado de conocimiento o sea “tener la facultad de estar mentalmente consciente sobre algo con pleno conocimiento” y ”tener la capacidad de reflexionar de una forma inmediata “
Una de sus propiedades es que se puede reflexionar sobre ella. El ser humano es capaz de estar consciente de sí mismo y al mismo tiempo del mundo exterior, y tiene la extraña capacidad de salir de sí mismo y mirar hacia atrás su propia persona lo cual es un instrumento valioso en la expansión de la conciencia: le permite verse a sí mismo como otros lo ven, proporcionándole un punto de apoyo extra en la realidad.
Algunos psicólogos de la Gestalt afirman que la percepción se organiza en un foco central de interés al que denominaron figura y fondo y es esto lo que describe el campo de la conciencia, que dota de un contexto o trasfondo de la figura, aplicándolo como metáforas que se adaptan en todos los demás campos sensoriales de la experiencia dando como consecuencia, que las palabras significativas que se escucha pronunciar a alguien son la figura del campo del auditorio y el sonido de los automóviles que pasan y los transeúntes constituyen el fondo.
Sin embargo los orientales han dado por llamar a nuestra conciencia occidental como conciencia dividida por experimentar un abismo entre mente y cuerpo, entre la naturaleza y el yo.
La conciencia dividida es una conciencia de sí mismo crónica o sea que la persona está consciente de sí misma todo el tiempo, en cualquier acción que realice estará consciente que lo hace, solo centrándose en sí mismo, dejando fuera el exterior como lo que está observando sin tomarlo en cuenta y lo verá como objeto, como algo distante al yo.
Cuando somos niños tenemos la habilidad de ver nuestra vida como un todo, en una forma desprendida. Pero la sociedad occidental nos ha enseñado a vigilar cada experiencia y cada acción porque en algún momento se le pedirá que explique sus pensamientos y acciones, convirtiendo a ese niño en espía y testigo de sus propios actos realizando un informe preciso de lo que hizo.
Y a medida que va creciendo, esta auto vigilancia se vuelve habitual, trayendo como consecuencia la fractura de la conciencia, que impide la espontaneidad y se va haciendo permanente, cuando el suceso absorbe por completo la atención de una persona y esto es una forma terrible de vivir siempre atento a lo que hago, haciendo conciencia de lo que realizo porque va destruyendo la alegría de vivir, tener una conciencia dividida crónica de sí mismo puede ser tan dañina para una persona porque puede quedar paralizado por la duda y la indecisión, por eso es tan compleja, porque también es bueno poseerla ya que nos es útil para reflejar el yo y saber cómo lo perciben los demás y se le llama el” don de la conciencia reflexiva” aparte de ayudarnos a aprender habilidades.
Las prácticas orientales que nos han llegado a occidente nos han permitido hacer esta diferenciación y unificar la conciencia: el Zen, el hatha yoga, la meditación trascendental, etc. ya que ayudan a trascender el yo y a experimentar una unificación del yo con todo lo que existe. Y cuando ocurre la iluminación y unificación, la persona se vuelve más capaz de realizar una acción sin esfuerzo, de tener facilidad de movimientos y poder de razonamiento, debido a que no hace dos cosas al mismo tiempo mostrándole una mayor reflexión en lo que hace como oler, paladear, recordar e imaginar con mayor claridad centrándonos en lo que sentimos o percibimos no solo en lo que hacemos. La conciencia de sí mismo, puede quitarle a la acción su espontaneidad y entretenimiento.
El objetivo es, ser capaz de reflexionar acerca de las experiencias solo cuando sea apropiado y dedicase a la acción o a las relaciones personales sin conciencia de sí mismo, como lo haría un niño, cuando no hay la necesidad de reflexionar.
La acción es una forma de obtener descanso temporal de la conciencia de sí mismo, como la música, la pintura, los deportes, el baile, la meditación, el yoga, el dialogo con otra persona que acapare nuestra atención, leer, etc. le permiten a la persona estar ocupada sin reflexionar y a responder sin esfuerzo premeditado para producir una impresión particular en la experiencia de la otra persona.
La conciencia de nuestra propia fuerza nos hace modestos
Paul Cezanne
Deja que el espíritu salga, descarta todos los pensamientos de recompensa, todas las esperanzas de alabanza y los temores de culpa, toda conciencia de todo ser corporal y finalmente cerrando las vías de la percepción de los sentidos, deja salir es espíritu, que lo hará
Bruce Lee
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