PEDAZOS DE MÍ
UN MÍNUTO NADA MÁS
ALEGRÍA AGOSTO
Y los cultos que invertí para esculpir ternezas por tu dermis he tratado de olvidarlos, todo es inútil, tus extractos se destilan por mis ingles.
Lucha mi barca con vaivén incierto, sola, sin rumbo, entre tinieblas queriendo acallar en tu embarcadero, en tu astro, en el más alto alcázar de tus refulgentes olas.
Hay en mi ser una ansiedad profunda y bullen pensamientos como tumulto de avecillas inquietas que refrescan la memoria con sus trinos, pues aunque camine de puntillas para no despertarte: Tú no duermes conmigo. Ni se ajustan los pedazos de mi luna entre tus manos ¿Que si me duele éste destino mío?, en demasía ¡lo declaro!, ojala pudieras ver como estoy en la austeridad de tu cobijo, con los brazos en cruz, emergiendo de mis latidos desatados, de apetencia y la sed de la copa de tus fuentes.
Es idea fija a la cabeza, un minuto subyugar el desnudo de tu fárfara a mis núcleos erizados y que tu lengua desflore mi recato.
Por favor, déjame amarte henchida, tan sólo un crepúsculo para que en cada espacio de mi piel respires y en tu mirada, yo me juzgue satisfactoriamente ufana.
He llegado a necesitarte tanto, que sin ti, no soy la misma. Intentaré que mis besos queden congelados entre tus formas para que nunca la noche los diluya.
