¿Quiénes manejan el miedo?
Gloria Chávez Vásquez
“Nada en la vida debe ser temido, solamente comprendido. Ahora es el momento de comprender más, para temer menos”.
Marie Curie (1867-1956)
A medida que los rumores y el miedo se disipan con relación a la pandemia del Coronavirus, (definitivamente originada en un laboratorio en Wuhan, China), en algunos lugares se empieza a tratar de normalizar la vida diaria. En países como Bélgica y Suecia y en estados como Georgia, en Estados Unidos, la gente comprueba la verdad de lo que han dicho los expertos médicos. Aun así, los informe profesionales vienen siendo ahogados por la voz y el dinero de ignorantes oligarcas tipo Zuckerberg, Gates, Soros, y sus colegas de la OMS y otras organizaciones que tratan de sumir al mundo en el pánico.
Los hechos siempre han estado ahí. Que la gripe causa el doble de muertes al año de lo que está causando el Covid 19. Que muchas de las muertes atribuidas al virus, no son mas que “sospecha de virus” o complicaciones de pacientes a quienes no se les atendió por no considerar que estuvieran enfermos del virus. Que la gran mayoría de la gente tiene sistemas inmunes capaces de sobrepasar la enfermedad y que hay gran número de individuos inmunes al virus. Que las personas que mueren a causa del virus, es porque tenían su sistema inmune ya comprometido con otras enfermedades o un sistema inmune débil o bajo. En el caso de los profesionales de la Medicina, a los que sorprendió inicialmente cómo operaba este virus, se cometieron errores al tratar de aplicar un protocolo que no funcionaba con el Corona. De ahí que se usaran inútilmente los ventiladores, (aparte de los defectuosos, comprados al gobierno chino) siendo que como descubrieron en el camino los médicos, el virus ataca el sistema circulatorio y no el respiratorio. O sea que el tratamiento debía comenzar con la sangre y no con los pulmones.
Ahora, que los ambiciosos de poder y políticos más recalcitrantes estén aprovechando para conducir a la sociedad por el camino que ellos tienen trazado, esperando por una crisis de este tamaño, ese es el verdadero peligro. Estos ven en el miedo colectivo el vehículo perfecto para crear su propio imperio, coartando así las libertades tan tortuosamente ganadas en el siglo XX.
Aprovechando la ignorancia, la complacencia y la complicidad de muchos aventureros y gobiernos del mundo, China, principal protagonista de este tejemaneje, tiró la piedra y escondió la mano. Sus líderes pretenden inocencia acusando a la “madre del capitalismo” que es Estados Unidos. Y como para limpiar su imagen, el régimen chino envía ventiladores y detectores del virus (pagados a precio de sangre y programados para el espionaje) a gobiernos simpatizantes, con el mensaje de que el mundo depende ahora, no del imperio, sino del monstruo.
A pesar de que en las grandes crisis, como lo fueron las dos guerras mundiales, los han sacado avante los yanquis, Los europeos, convertidos en sumisas naciones de la también servil Unión Europea, prefieren atenerse a la hipócrita diplomacia China. Aparte de que la economía mundial está monopolizada por esa nación y será su régimen el que dicte, a través de sus fans y peleles internacionales, el comportamiento social del resto del mundo.
Una cosa es cierta. Si China se sale con la suya, este planeta no va a ser el mismo después de esta pandemia. El individualismo y la independencia social será cosa del pasado, so pena de multa o cárcel. Y, como lo hemos visto en este nuevo episodio de la historia humana, el miedo será la norma que rija a la multitud.
Conocedores de que el temor es su mejor aliado para manejar al público, los cabecillas del Nuevo Orden Mundial con el concurso de los países comunistas, están buscando imponer un gobierno centralizado, en el que se decida cuantos habitantes ha de tener el planeta, cómo, cuándo y dónde pueden vivir. Para ello ha sido importante crear un complejo de culpa ante la vida. La nueva religión o secta, dicta que el ser humano es un intruso en este planeta y por ende hay que reducir la población. Una población que según ellos ya esta desbocada. Y ¿qué mejor que el aborto y la eutanasia? Irónico, viniendo de multimillonarios que pretenden ser filántropos mientras explotan trabajadores del tercer mundo, incluyendo a menores de edad. O cuya tecnológica no solo poluciona el ambiente sino que esclaviza la mente. Es con esa tecnología con la que actualmente se censura a artistas e intelectuales y pensadores independientes. Los creadores de esta especie de pseudogobierno tecnológico no están defendiendo los derechos del individuo, sino que, al contrario, se han hecho cómplices de los totalitaristas para reprimir los pueblos. Es decir, estamos en la segunda o tercera fase de esa centralización de la que ya padecen gran parte de los habitantes en naciones comunistas.
Si algún resultado positivo se espera de este caso, habrá que contribuir a fortalecer la economía e independizar la industria nacional prescindiendo de los productos chinos. Es importante también prestar más atención a la higiene, a la planeación urbana y a los servicios médicos, ya que la mayoría de los casos del Covid 19 surgieron en zonas de hacinamiento urbano.
Sobre si escogemos perder nuestras libertades, el poder de decisión, aunque frágil, está aun en nuestras manos. Quiéranlo o no, los ciudadanos tendrán que adoptar un papel más activo y hasta agresivo en sus destinos. Sanear el medio ambiente y el estilo de vida. Vivir más frugalmente, acumulando menos y dependiendo menos del gobierno y de la tecnología. Vivir con reglas y en familia. Renovar el sistema educativo y seleccionar el entretenimiento. En resumen, tenemos que abandonar la esclavitud económica y mental. Nos va en ello la vida.