Editorial

LA TEORIA DE LAS CONSPIRACIONES – Gloria Chávez Vásquez

LA TEORIA DE LAS CONSPIRACIONES

Gloria Chávez Vásquez

 

Lo sentiste toda tu vida. Que hay algo mal en el mundo. No sabes lo que es pero está ahí como una astilla en tu mente, volviéndote loco. Neo (The Matrix) 

 

En la no muy fiel versión de Hollywood, sobre la historia  de Julian Assange, el actor que lo interpreta, Benedict Cumberbatch, explica a un periodista, cómo las conspiraciones empiezan con dos personas y un secreto; terminan en corrupción y muchas veces en un crimen.

Y en un reciente artículo de la BBC ilustrando el poder de las conspiraciones, el comentarista afirma que resulta más fácil aceptar una teoría conspirativa porque la realidad es mucho más caótica, azarosa y difícil de asumir. En otras palabras, necesitamos del poder para crear nuestra propia realidad. Una menos dolorosa. Joseph Goebbel, ministro de comunicaciones de Hitler, intuía el poder manipulativo de la conspiración convertida en propaganda: esta funciona mejor cuando los que están siendo manipulados creen que están actuando por voluntad propia.

La palabra conspiración viene del latín cōnspīrāre «estar de acuerdo o trazar juntos, literalmente, respirar juntos».  Los teóricos de la conspiración creen que el gobierno está secretamente controlado por poderes ocultos que actúan en detrimento de la democracia y en contra de sus principios libertarios.

Antes de que la tecnología tomara control, cualquier persona que hablara de conspiraciones era considerada paranoica. Resulta familiar escuchar a la gente decir que cuánto más ve la tv, lee los periódicos o escucha la radio, menos entiende lo que pasa. Esa es la idea. Una de de las actrices de Juego de Tronos declaró que su padre le aconsejaba ‘no confiar en nadie que tuviera un televisor más grande que su biblioteca’. Pero, ¡si es que ya no hay bibliotecas en las casas! El desinformado no lee, escucha a otros y adopta una posición inamovible, por estúpida que esta sea.  En la era de la información, la ignorancia ha sido siempre una elección y  el vicio más valorado de los regímenes. Sin embargo, en un momento en que estamos siendo bombardeados a diario por los medios, en su afán de ganar audiencia, prestigio y dinero, no en ese orden necesariamente, el resultado es la proliferación de noticias falsas y desinformación, otro virus que alimenta las conspiraciones.

Ahora, conspiranoico es el título despectivo que se le da a un pensador crítico. Aquel que se toma el trabajo de buscar el origen y las consecuencias de las cosas. Aunque a veces sus teorías resulten falsas y deba descartarlas. Las teorías de las conspiraciones  nacen con el ser humano y están documentadas en los antiguos libros sagrados y en los tomos de la historia moderna. Eva y la serpiente conspiraron. Conspiró el faraón para evitar que Moisés liberara a los judíos. Conspiraron judíos y romanos para crucificar al Hombre que predicó amor, paz y justicia.  Conspiraron los políticos, la CIA, el FBI y la mafia para asesinar a JFK. Se conspira durante las guerras. Y se sigue conspirando para desestabilizar la democracia y establecer un nuevo sistema mundial donde los ratones pasen de ser cabezas de león o como dice otro dicho “se cambie de mano el guante. Junta de lobos, muerte de ovejas.” dice un conocido refrán.

Las teorías de la conspiración nacen de la necesidad del ser humano de tejer los hechos verídicos y darle sentido a la vida. En su efecto, es un ejercicio de unir las piezas de un rompecabezas, un esfuerzo por salir del laberinto en que nos sumen a diario las noticias buenas o malas, verdaderas o falsas. O la falta de información.

A veces las conspiraciones se tornan en una realidad, como aquella de que el agua llegaría a venderse, o la de que la guerra contra las drogas no existía sino que consistía en mantenerte drogado. Otros juran que la pobreza no es un accidente sino que es diseñada.  En la actualidad hay varias teorías muy populares. Como la de los Illuminati y la de Qanon. En su libro El club Bildenberg, Daniel Estulin expone la conspiración del Nuevo Orden Mundial, apadrinada por ese grupo de multibillonarios ociosos como Bill Gates y George Soros, que se reúnen todos los años para conspirar contra el mundo. Pretenden cambiar el orden a su favor, reducir la población de casi 9 mil millones en una de solo 500 millones. Y ¿qué mejor que una pandemia creada, el aborto, el cambio climático y el caos orquestado? Existen cientos de libros al respecto. Periodistas que han denunciado el movimiento del NOM han muerto de manera misteriosa. Aun así hay quien lo niega y a pesar de las evidencias, no ha sido aceptada más que como una teoría.

En cuanto a QAnon,(Question Anything y su líder Anónimo) que se originó hace unos tres años en los recovecos de la internet, comenzó como una sola teoría de conspiración: que cientos de famosos de Hollywood y la elite social se han enredado con políticos liberales y de izquierda como los Obama y los Clinton para invertir sus fortunas en avanzar sus agendas. Como parte del paquete, han sido invitados a participar de una sociedad secreta inmoral que ha dado como resultado el tráfico sexual de niños alrededor del mundo. El objetivo inmediato de esa elite es silenciar las voces conservadoras, por obvias razones, y acabar así con la administración de Donald Trump.     

Sea que esas teorías se conviertan en una realidad o lo sean de antemano, la única defensa del individuo que quiere mantener su sanidad mental reside en saber distinguir lo real de lo falso. El poder de la educación concede inmunidad ante el adoctrinamiento.  Bien lo dijo el autor de Un Mundo Feliz, Aldous Huxley:

 La última gran batalla no se librará en un campo sino en la mente de las personas.

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