TANATOLOGIANDO
LAURA SALAMANCA L.
APEGO Y AFERRAMIENTO
Últimamente hemos estado escuchando que no hay que tener apegos para evitar el sufrimiento, incluso en varias enseñanzas. Pero en la historia de la humanidad nos hemos percatado que es necesario desarrollar apegos y no solo que los tengamos sino que necesitamos promoverlos.
Pero y ¿Qué es el apego?
Es una fuente vinculada afectiva que vamos desarrollando con alguna o varias personas que se encuentran en nuestro alrededor principalmente con personas significativas para nosotros.
La especie humana es de las más vulnerables y desde un inicio por sobrevivencia tenemos que buscar el apego, cualquier especie animal al nacer tiene inmediatamente la capacidad de caminar y buscar su alimento, algo que un bebé no pude hacer si no es asistido por alguien porque de otra forma moriría.
Así que nuestras primeras figuras de apego son los padres y si estos no se encuentran en condiciones, aparecerán en escena algunos familiares cercanos como abuelos, tíos primos, padrinos etc. alguien que se haga cargo y no deje morir al pequeño.
Conforme vamos creciendo vamos formando redes de apegos, con personas que se encuentran en nuestro alrededor como familiares, amigos, compañeros de escuela, maestros, etc., vamos buscando nuestros pares y son apegos en los que vamos fortaleciendo las relaciones que nos ayudan a definirnos como personas entre la necesidad y la dependencia, en esto último es donde pudiera existir el problema en la dependencia.
A la dependencia se le llama sobre apego que no es positivo para nosotros ya que con esto se va desarrollando el apego ansioso que lleva a la dependencia o aferramiento, que nos habla de manipulación y posesividad como los novios que se llaman a todas horas en donde se encuentren y con el lema del amor quieren estar controlando a la otra persona para no perderla ya que si lo pierden tendrán inseguridad de que alguien pueda cumplir esa expectativa y la pérdida se vive como un despojo terrible que lleva al sufrimiento.
Existe otro tipo de apego, el evitativo que quizás se presente después del anterior, pero este contrariamente al otro, disminuye la habilidad de estar con el otro para compartir juntos, construyendo y trata de escapar de las relaciones porque si se apega mucho, el riesgo de comprometerse y sufrir lo llevara a la misma situación, por eso buscará apegarse a las mismas personas sin afianzar las redes de apoyo y la relación lo llevara a un apego evitativo.
Si en la relación hay posesividades o falta de compromiso ya se está hablando de una relación toxica.
Lo ideal es desarrollar el afianzamiento de un apego, ya que el otro espejea lo que soy y será necesario primero conocer sus expectativas con respecto a mí, para que con confianza nos pueda decir lo que ve en nosotros sin crear un conflicto y con el tiempo veremos que podemos tener nuevos aprendizajes, gracias a las nuevas redes neuronales que vamos formando en el cerebro a cualquier edad ya que esto se da, al construir una nueva forma de ver la vida o una nueva forma de actuar.
Un apego saludable nos habla de una conexión profunda con el otro, donde más abiertos en conciencia podemos identificar si la persona que nos rodea sin saber tiene incertidumbre y por esa razón pudiera querernos controlar, en este caso se hablaría desde el corazón con esta persona y de ninguna manera tendría porque desaparecer el apego saludable cuando dos o más personas se ponen de acuerdo para quedar en total satisfacción ambos y no pensar en tener que sufrir por llevar una relación tan estrecha con alguien
«LAS PERSONAS SON TAN HERMOSAS COMO LAS PUESTAS DE SOL, SI SE LES PERMITE QUE LO SEAN. EN REALIDAD, PUEDE QUE LA RAZÓN POR LA QUE APRECIAMOS VERDADERAMENTE UNA PUESTA DE SOL, ES PORQUE NO PODEMOS CONTROLARLA.» CARL ROGERS