Los Cambios Generacionales
Roberto Cardozo
Y Aquí Empieza el Abismo
Hace unos días pude seguir comentarios sobre un grupo que he escuchado desde que estaba en la preparatoria, hace más de veinte años. Fue impresionante ver cómo muchas personas se hacen las ofendidas por cualquier cosa. Primero, por una publicación que cuestionaba la factibilidad de, en estos tiempos, publicar una portada que en la fotografía tiene a una mujer joven en el asiento trasero de un auto, con la falda estudiantil levantada y la ropa interior a la mitad de las piernas. No tardaron muchos en reaccionar para defender sus posturas y acusar a los demás de ser “de cristal”.
Pertenezco a una generación que solemos llamar X. Me tocó crecer en medio de una conmoción mundial que a nivel nacional no fue menos violenta. Me tocó ver cómo mis padres despertaban de un letargo que incluyó el movimiento hippie, la búsqueda de la paz y la hermandad. Este despertar violento fue remarcado por terribles acontecimientos a finales de los años 60 y principios de la década de los 70. Los jóvenes de estos años vieron terminados sus paradigmas filosóficos idealistas de tajo y nosotros, la generación X, nos tocó crecer con un desencanto por el mundo y la sociedad. Como toda generación, nos llegó el momento de renegar de nuestros padres y lo que significaban sus creencias, sus gustos y sus ideales.
Entonces, a estas nuevas generaciones les toca renegar de nosotros, es lo natural en las sociedades, son dinámicas y van evolucionando como un ser universal que va en búsqueda de un equilibrio y cuando este equilibrio se rompe, comienzan a surgir nuevas ideas y nuevas normalidades. Hasta hace unos años, a nadie le parecía ofensiva la propuesta lírica del grupo que fue el tema de inicio de las discusiones, era un rock para desahogarse, para echar desmadre y para hacer un poco de catarsis con su música. Mientras empezábamos a escuchar a grupos cada vez más contestatarios, íbamos renegando de la música y la cultura de nuestros padres por ser hasta cierto punto ingenua.
Ahora pasa lo mismo, pero nos toca estar del otro lado de la moneda. Ahora somos lo que hay que negar porque los ideales de nuestros hijos representan otras causas y, sobre todo, las que buscan la visibilidad de grupos vulnerables. Las nuevas generaciones nos acusan de violentos y nos escandalizamos porque para nosotros son situaciones normales y, no dudo que muchos adultos así lo piensen, escuchar una canción que sea apología de la violencia no nos hace violentos en automático.
Las nuevas generaciones buscan visibilizar a sectores sociales que han sido vulnerables a través de los tiempos, aunque generando “daños colaterales” como boicotear y cancelar a quien se resista a pensar como estas.
No nos angustiemos, llegará el momento, dentro de unos veinte años, en que las generaciones de esos tiempos inicien su propio movimiento, renegando de quienes ahora lo hacen de nosotros. Incluso, me atrevería a pensar que en unos veinte años, la lucha será por visibilizar a los que sienten que se les está cancelando. Nada extraordinario, realmente, así ha sido desde tiempos inmemoriables y así seguirá a lo largo de la existencia de nuestra sociedad.