Herramientas literarias de sanación – Los cuatro acuerdos
El 3er acuerdo, “no hacer suposiciones”
Eduardo Aguirre
Con el permiso de sus rostros, de sus espíritus y del Universo les damos la bienvenida desde Cancún, su amigo Lalo Aguirre a su espacio de reflexión, “la lectura como medio de sanación”. ¡En donde encontraremos cualquier tema que sane o ayude a sanar por medio de la lectura!
Continuando con la lectura y análisis de la información del libro “los cuatro acuerdos” del Dr. Miguel Ruíz. En nuestra pasada publicación tocamos el tema del segundo acuerdo “no tomarse nada personal”, recordando que en este libro podemos percibir un modelo de visión, el de la cultura Tolteca. Indicamos que sin duda es un tema del pasado, de nuestros ancestros, sin embargo, contiene información que hoy en día podría ser bastante útil ya que nos invita a la reflexión y nos sugiere ideas para resolver situaciones que en la actualidad experimentamos a diario.
Entrando de lleno al tema de este tercer acuerdo, nos sugiere no usar las suposiciones como datos fundamentales a la hora de construir la realidad, en donde la información dicho de alguna forma “se usará para crear”. Ya que por lo regular el 80% de las situaciones indeseables, los imprevistos, errores y conflictos surgen por las suposiciones, el reto es ¿cómo evitar usarlas?, si estamos tan acostumbrados a ellas! La respuesta para lograrlo parece sencilla sin embargo a la hora de aplicarlo efectivamente no es tan fácil, leamos como es que los Toltecas resolvieron esta situación y lograron adoptar este modelo de pensamiento a sus vidas, a su sociedad.
Para empezar, nos indican que para crear una suposición se requiere creer que lo que se dice es verdadero, el problema es que por lo regular la otra parte suele no saber de dicha suposición, está bien si esta en nuestra imaginación, pero cuando decidimos exteriorizar nuestras ideas y resulta que algunos datos de la información que usamos solo eran “imaginarios”, nos vemos descubiertos, se puede perder credibilidad, generar desconfianza y causar problemas.
Por ejemplo, a menudo pensamos por los demás, tomemos en cuenta que al hacer esto la otra parte no sabe sobre una decisión que se tomó en la mente de manera unilateral y sin comunicar nada, sin consultar solo imaginando que “seguramente” así va a ser. Pero si revisamos el procedimiento que se siguió al elegir que pensar y vemos los detalles, se puede percibir que hay información que no ha sido corroborada. Y en base a la información que tenemos de la persona o de la situación dada se toma una decisión, pero está basada en algunos datos “falsos”.
Ahora bien, analicemos la parte oscura de hacer una inocente suposición. Esta se puede ver desde la naturaleza que se gesta en la oscuridad de la falta de comunicación efectiva, el usar datos imaginarios para tomar una decisión unilateralmente, son caldo de cultivo para un problema. Ejemplo, si una persona experimenta una suposición hecha por otra y esta tiene una afectación o si alguna de las partes es sensible y se toma la situación de manera personal, tenemos ya un enfrentamiento entre la realidad y la información imaginaria que se usó para crearla.
En el libro respecto a este acuerdo, nos informa de un elemento que no es muy conocido, pero del que todos hemos sido víctimas, nos referimos al “veneno emocional”. El cual podemos identificar cuando percibimos que hemos sido traicionados, engañados, robados, lastimados, y un largo etcétera de situaciones que podrían detonar la generación de este ingrediente peculiar, causando sensaciones incómodas, difíciles de digerir, es lo que afecta a los órganos del cuerpo, estas sensaciones son el alimento para nutrir una enfermedad.
Todo esto que se detona alrededor de usar una suposición, nos ilustra una herramienta bastante útil para tener mejores relaciones, nos da la oportunidad de cambiar de hábitos, por ejemplo, empezar a usar “únicamente” información confirmada, acostumbrarnos a no tomar una decisión sobre el pensamiento de otras personas, será mejor contactarles y consultarles, esto mejorará nuestra comunicación, nos evitará problemas. Y lo más importante, no generaremos “veneno emocional”, lo cual significa que no generaremos enfermedades, pues así permitiremos a nuestros órganos que trabajen en paz y armonía. Esto último es porque cuando se genera veneno emocional los órganos trabajan más de lo habitual y en ocasiones son rebasados por la contaminación de este veneno, el cual no se menciona “metafóricamente”, sino que en verdad el cuerpo segrega sustancias fuertes que son tóxicas y envenenan poco a poco el tejido vulnerable.
Por lo que les invito a considerar un cambio de hábitos y dejar de suponer es una gran idea y nuestro ser nos lo va a agradecer. Y obviamente les invitamos a leer el libro de “los cuatro acuerdos” y analizar el tema a fondo sobre lo que aquí abordamos someramente.
Por ahora, sólo me resta desearles un buen inicio de semana de parte de su aventura literaria “la lectura como medio de sanación”. Les agradezco su tiempo y espacio por acompañarnos, les mando un gran saludo cósmico, su amigo Lalo Aguirre el Dragón Planetario Rojo 101…
Inlakech