Velocidad, tiempos, movimientos y la salud
Tiempos y movimientos
Eduardo Aguirre
En nuestra publicación anterior analizamos el tema de “la velocidad del pensamiento”, advertimos que pensar más rápido no necesariamente nos lleva a donde queremos en un menor tiempo, tomar atajos a veces no es la mejor idea, funciona en algunas ocasiones y para ciertas cosas, pero lo hemos tomado como una regla. Creemos que pensar “siempre” de forma rápida nos hace más inteligentes y que nos llevará como ganadores a nuestra meta.
Por lo anterior habrá que ser precavidos e investigar cual sería la velocidad apropiada para el pensamiento, la meditación es una excelente herramienta para conseguir bajar las revoluciones para no correr el riesgo de que por ir tan rápido no podamos captar todos los detalles requeridos para solventar la situación.
Bien, una vez que vamos practicando, comprendiendo y adoptando el buen habito de ir por la vida a un ritmo armónico, es momento de analizar otro factor importante “los tiempos y movimientos”. Estos están íntimamente relacionados cuando se trata de poner “orden” en nuestra vida y hemos creado una herramienta que nos permite usar ambos factores para administrar. Pero, ¿que vamos a administrar? Vamos a administrar nuestro “tiempo” y los “movimientos” que se requieren para llevar a cabo una acción determinada.
Esta herramienta se llama “agenda”, la cual casi todo el mundo conoce y cada uno tiene la suya propia, a su manera y forma. Sin embargo, para tener éxito siempre se requiere desarrollar una agenda funcional que nos ayude a entregar siempre “buenos resultados”, desarrollar una fórmula que permita lograrlo, en la armónica administración de tiempos y movimientos encontraremos la solución.
Primero “los tiempos”, nos referimos al tiempo que cada acción requiere para ser realizada, todo mundo tiene 24 horas al día, ni más, ni menos. Sin embargo, el éxito de cada persona radicará en saber asignar una fracción de tiempo específica y adecuada a cada actividad, si nos excedemos en la cantidad de tiempo requerida podríamos tener conflictos de “productividad” y si ocupamos muy poco tiempo, podríamos omitir detalles importantes y la tarea al final del poco tiempo asignado saldrá incompleta o habrá errores que podrían llevar esto a tener que repetir la operación y usando al fin de cuentas, más tiempo del que se pensó.
Por ello es importante que primero hagamos un profundo análisis de cómo estamos haciendo las cosas. Debemos revisar cada acción de cada situación y averiguar cuál es el tiempo apropiado que requieren para ser realizadas “en excelencia”. Es importante que seamos cabalmente honestos pues estamos realizando esto para nosotros mismos, si usamos información que no será llevada a cabo, nos estaremos mintiendo a nosotros mismos y siempre tendremos problemas a la hora de entregar resultados.
Una vez que se ha investigado la cantidad de tiempo apropiada a usar para una acción determinada, podemos proceder entonces a asignarle un momento específico del día para que sea ejecutada. Una vez determinada la hora del día, procedemos a anotarlo en la agenda, la cual debemos revisar cada que se requiera para dar optimo seguimiento.
Bien, ya tenemos asignadas nuestras actividades, les hemos dado un espacio en tiempo para ser realizadas. Ahora vienen “los movimientos”, estos deben ser inteligentes y efectivos. Aquí es donde cada quien a su particular estilo y creatividad llevarán a cabo las acciones que se requieren para concluir la tarea en excelencia. Los movimientos también deben ser planeados, de ser posible también anotados en la agenda, así evitaremos el error de no llevar a cabo estos y que ello cambie los resultados de manera adversa.
Para determinar cuáles son los movimientos adecuados debemos hacer también un análisis y preguntarnos ¿de qué manera queremos los resultados? y la mente junto con la capacidad creativa de cada persona se encargará de visualizar los movimientos requeridos para el objetivo final, en este punto lo que hay que hacer es de inmediato tomar nota en nuestra agenda, estas anotaciones nos permitirán vislumbrar una especie de mapa por el cual llegaremos al objetivo. Al final cuando tengamos ya claramente los movimientos en un orden, haremos mentalmente un recorrido de todos ellos para determinar si al final se ajustan al tiempo que se asignó en la agenda para dicha actividad. Solo si es así podemos entonces proceder con el plan y nuestra actividad será concluida en excelencia, en tiempo y forma y con los resultados deseados por las partes involucradas.
Les exhorto a que iniciemos con nuestra “agenda de éxito”, desarrollemos ese hábito y programemos una vida llena de logros satisfactorios, esto es muy bueno para la salud del cuerpo, mente y espíritu.
Por ahora despedimos y agradecemos de parte de su aventura literaria “la lectura como medio de sanación”. Les agradezco su tiempo y espacio por acompañarnos, les mando un gran saludo cósmico, su amigo Lalo Aguirre el Dragón Planetario Rojo 101…Inlakech