TANATOLOGIANDO
LAURA SALAMANCA L.
IMPORTANCIA DE NUESTRA HISTORIA CON NUESTRAS RELACIONES ACTUALES
Todos fuimos niños y en el camino hemos construido una serie de experiencias en la historia de nuestra vida y esto nos ha marcado para vivir como lo hacemos en la actualidad, aunque haciendo consciencia de la historia encontraremos eventos positivos y negativos que seguimos viviendo aun ahora hablando de enojos, rencores, resentimientos, alegrías, satisfacciones y eventos con muchas emociones, que vamos repitiendo en el trascurso de nuestra vida.
Podemos reconocer lo que ha sucedido en nuestra historia y pensaremos cómo somos ahora y como ha influido en nosotros, y aparte de haber tomado cosas que no nos pertenecen como los introyectos de nuestros educadores cuando se dirigían a nosotros en malos términos como diciendo “eres un tonto” “no sabes hacer nada” “ tienes manitas de lumbre” etc. y que los hemos creído como nuestros defectos según los otros, y acontecimientos que quizás para otros fueron importantes pero no para nosotros, a veces crecemos sin tener el menor discernimiento de lo que nos dice otra gente y has ocasiones seguimos creyéndolo aun en la adultez, sin analizarlo.
Darnos cuenta de quienes somos nosotros y saber cómo vivimos las cosas, como las fuimos interpretando, reflexionar cómo y quienes somos ahora, donde siguen sucediendo acontecimientos en nuestra vida y que reconociendo qué es lo que queremos integrar y qué no nos sirve y qué nos sirvió en algún tiempo dándole una nueva comprensión y darle un nuevo significado para reencontrarnos a nosotros mismos, en este espacio donde nos estamos construyendo no como nos dijeron sino como queremos hacerlo.
Nosotros podemos reescribir nuestra historia en cualquier momento ya no importa quienes somos sino quienes y como queremos ser, desde el reconocimiento, de esas luchas a veces dolorosas y que al final de cuentas pasan y solo nos dejan buenas experiencias.
Y al vernos con el otro, saber que papel estamos tomando acerca de la otra persona, por ejemplo si en el pasado nos vinculamos con alguien que nos quiso mucho y lo dejamos de ver y al paso del tiempo al verlo sentimos que ya no es lo mismo, entender que el cariño no se fue pero las cosas se miran diferente. Igual si tuvimos algunos problemas con alguna persona y después de tiempo nos volvemos a encontrar y posiblemente se hayan disipado esas discrepancias y podamos volver a convivir, o simplemente seguir adelante sin mantener la emoción negativa del pasado.
A veces recordar algo de nuestra niñez nos pone feliz o triste según sea el recuerdo, y los dos tipos nos sirven para acomodar nuestra vida actual, pero si tratamos de mantener esos recuerdos positivos alegres podemos buscar que fue lo que nos trajo felicidad y tratar de recrearlo en el presente, buscando ahora con mayor satisfacción lo que nos ayuda a estar felices y mantenerlo lo más que podamos, como hacer lo que quizás de niños no pudimos, ahora con nuestra propia ayuda lo lograremos y estado en el lugar donde queremos estar y con las personas con las que queremos convivir, solo así lograremos llegar a una plenitud que quizás estemos anhelando desde hace tiempo. Incluso si el recuerdo es triste, saber acomodarlo en el lugar que le corresponde para que esas emociones no nos vuelvan a afectar, pero primero tendremos que reconocer que habitaron en nuestro ser y nos dañaron para poder dejarlas a un lado y saber reconocerlas en el momento que quieran aparecer.
El hombre que hace que todo lo que lleve a la felicidad dependa de él mismo, ya no de los demás, ha adoptado el mejor plan para vivir feliz.
La libertad consiste en ser dueño de la propia vida
Platón
