RADIOGRAFÍAS
Hablemos de Francisco Cervantes
NORMA SALAZAR
Para Lourdes Cervantes
Armando González Torres
Francisco Cervantes Vidal (1938-2005) poeta y traductor mexicano, estudió la licenciatura de Derecho en la Universidad Autónoma de Querétaro, pero laboró como publicista y periodista. Recibió la beca de la Fundación Guggenheim (1977), fue merecedor de los Premios: Xavier Villaurrutia (1982), Premio Heriberto Frías (1986), Orden Río Branco (1986)
Hoy, todavía no ha sido debidamente analizada su obra poética como se merece. El poeta queretano, en cierta forma amable lector, fue un poeta difícil referente a su escritura por inicio se puede observar una característica notable que es la añoranza y la rudeza al leer las primeras composiciones; su poesía está absolutamente apartada de los coloquialismos y la estructura conversacional, sí, el poeta queretano escribe de los momentos añejos para después en nuevas lenguas revalorar entre lo oscuro y por supuesto los momentos luminosos de aquél pretérito.
Otro punto a destacar, es que su poesía es un rastro incontenible porque en su poesía destacan matices poéticos-históricos-geográficos de Portugal, asimismo personajes emblemáticos como el gran lusitano Fernando Pessoa, Camilo Pessanha, Rosalía De Castro, etcétera. Aquí, ejemplos de Camilo Pessanha:
“Tengo sueños crueles en el alma doliente
siento un vago recelo prematuro.
Voy con miedo a orillas del futuro
embebido en saudade del presente…”
Francisco Cervantes:
“Es el agua amiga,
el agua del insomnio
Que larga, cansadamente se derrama.
Óyela cómo se levanta sobre tu alma”
El traductor de la lengua lusa habla con un discurso extenso que no termina y alegóricamente refiere al agua de la noche, como lo plasmará el personaje de Fernando Pessoa en su heterónimo Álvaro de Campos:
“Duermo inquieto y vivo soñando inquieto inquieto
de quien duerme inquieto, soñando a medias.
Me encerraron las puertas todas, abstractas y necesarias”
Notamos en estos claros ejemplos un constante delirio por los sueños, el desvelo y la noche, los tres poetas moran en tiempos desemejantes, pero coinciden en un avatar hondo, exclaman el celaje de la tenebrosidad y la desmoralización que sólo puede ser reconciliable con su lenguaje poético.
Asimismo, con cierta influencia de la juglaría medieval, Cervantes escribió con todo el conocimiento de la historia como lo hacía el poeta Premio Nobel de Literatura Octavio Paz (1990) que recuperaba su historia española y su historia mexicana, Cervantes recupera a través de su escritura aquella historia portuguesa y queretana, como lo leemos en el poema Meditan los huesos peregrinos:
“Terminada la historia que estuviera
Si a mis huesos peregrinos
No temiera la nación
O si mi Pedro con su padre
No brigara tantamente.
Pero rindióme Lusitania toda
Y conocióme el mundo
… misera e mezquina
Que depois de morta fai rainha
Diz Pessoa:
Os deuses vendem quando dão
Compra-se a gloria com desgraça”
Reitero amables lectores, Francisco Cervantes se negó contundentemente a escribir en tiempo presente, el tiempo que le tocó vivir, su escritura es hasta cierto punto fabulas de poesía, los entornos caliginosos de los caballeros medievales, juglares y moras sin perder de vista las procacidades contemporáneas. Nuestro traductor de lengua portuguesa escribe de la belleza imperfecta hacia a la amada y la exhibe a su vez con todos los defectos que la convierte en una beldad pura, por ser autentica a través de sus poemas. En una charla de tantas que su servidora tuvo la oportunidad de tener con él, me hacía referencia a este planteamiento: “Los hombres o los caballeros necesitan a una dama para vivir pero que no se le prive o ahogue con sospechas o celos. Está dama tiene que ser custodiada como una flor para que ambos puedan estar juntos con el amor que ambos cosecharon juntos” por su parte el crítico literario, ensayista y poeta Armando González Torres escribió en su momento “más allá de las innovaciones o, mejor, restituciones formales de su poesía, los temas y personajes de Cervantes encarnan una cosmovisión y unos valores que constituyen una condena del siglo” Es un señalamiento contundente de su tiempo hacia sus contemporáneos que vivieron por obvios compromisos.
Para hablar más de la otra poesía y del lenguaje amargo determinante del poeta queretano que lo caracterizó entre la literatura mexicana a mitad del siglo XX, se encuentra también una escritura objetiva y luminosa; otro Cervantes amoroso donde existen poemas suaves, ternuras, torrente abierto a su soledad, no hay nadie a primera vista que lo atestiguará, pero sí, el mismo teniendo por compañía su sombra nos escribe desde lo profundo y de forma auto analítica su planteamiento referente al tema amoroso: “¿Pero hay existencia, hay cosa alguna verdadera?” Cervantes vivía intensamente el encuentro con la belleza de la mujer, de la poesía con todos los afanes, se contestaba asimismo “como un hombre oye a lo lejos sus recuerdos” Tuvo una pirita de luz para que se animará a escribir con énfasis el placer desmedido y fuego por la atracción de una mujer ante sus ojos, como la describe un fragmento del poema Retrato hallado entre las páginas de un clásico
“Una hermosa
que sonreía ante la cámara.
El cabello le caía sobre los hombros, donde
Parecía deshacerse entre la luz del sol,
que ellos animaban.
En su cara caudalosos iban
todos los signos del placer sin huella o culpa
alguna”
Termino ávidos lectores, en largos años que le permitió la vida Francisco Cervantes, se dio a conocer como un gran hombre fuerte en las traducciones de letras portuguesas, muy discreto a la distancia se mantuvo, déjeme enfatizar su autoexilio en su lugar de origen; fue un hombre ascético, franco de vocación por la excelsa poesía.