Editorial

Cambio de Hábitos – Lalo Aguirre

Cambio de Hábitos

Lalo Aguirre

 

Con el permiso de sus rostros, de sus espíritus y del Universo les damos la bienvenida desde Cancún, su amigo Lalo Aguirre a su espacio de reflexión, “la lectura como medio de sanación”. ¡En donde encontraremos cualquier tema que sane o ayude a sanar por medio de la lectura!

En nuestra publicación anterior, analizamos el tema del “estrés celular”. Sin duda un tema bastante interesante del que siempre es buena idea saber, ya que esta condición de verdad afecta nuestra energía vital, la cual es el combustible que nos da vida y nos permite movernos, hacer cosas, etc.

En esta ocasión tocaremos un tema igualmente interesante y muy importante en estos tiempos, ¿cómo hacer para “cambiar de hábitos”? Si, así es, y nos podríamos preguntar, ¿qué hay de malo en nuestros hábitos, o porque se sugiere cambiarlos?

Así que en esta ocasión analizaremos brevemente cuales son algunas de las respuestas a estas interrogantes, ya que podríamos estar pensando que todo “está bien “, pero, ¿que podría haber de malo en los hábitos con los que ahora contamos, con los que actualmente opera nuestro comportamiento?

Me parece que la respuesta más generalizada a esta interrogante, sería que es evidente que la humanidad está experimentando una etapa que a mi ver no se está abordando apropiadamente, la insensibilización, el caos constante en todas las áreas de la vida, entre otros padecimientos que experimentamos, creo que estos padecimientos son la respuesta a la pregunta y nos informan de algún modo que algo no está “bien”, y por ello, ese “algo” debe ser cambiado sin prorroga alguna, ese algo son los “hábitos”.

En cuanto a la segunda interrogante se sugiere cambiar de hábitos por qué ya no se están obteniendo los resultados que se desean o tal como se desean.

Regresando al tema de nuestro comportamiento, donde podemos observar claramente como nuestros hábitos se hacen visibles y por lo tanto “analizables” para detectar fallas y aplicar mejoras, tomemos en cuenta que derivado de nuestro comportamiento obtenemos “resultados”, dependiendo del tipo de estos, ya sean agradables o no, así será nuestra experiencia y siempre los tendremos. Si no nos agradan algunos resultados, lo más obvio sabiendo esta información es que se quiera hacer algún ajuste, para evitar “malos” resultados, propiciar ¡“un cambio!”

Ahora es cuando nos percatamos que es lo que hay que cambiar y son justamente “los hábitos” que ya hayamos elegido, después del análisis del comportamiento. Justo aquí es donde surge una pregunta “maestra”, ¿cómo se cambia un hábito?

Ya en publicaciones anteriores se abordaron temas de carácter invisible como “la mente, las emociones, los pensamientos” y de herramientas como la meditación y ejercicios de respiración y estiramiento como el Yoga. Se explicó brevemente la importancia que estos tienen en nuestras vidas, y en este caso tienen mucho que ver en el cambio de hábitos ya que estos están formados por patrones y estructuras invisibles de información que están arraigados en algún lugar de nuestras mentes y por ende en la memoria celular.

Primero entonces habrá que analizar conscientemente a detalle, toda la información que se presente en un patrón mental, por ejemplo, analicemos la acción de lavar trastes, imaginemos que tenemos el “mal hábito” de dejar la llave del suministro de agua abierta mientras enjabonamos y enjuagamos cada traste. Sabemos que desperdiciar el preciado líquido no es una característica positiva del ser humano, así que debemos preguntarnos a nosotros mismos y sobre todo debemos ser “brutalmente honestos” en la respuesta de ¿qué sería considerado por todo mundo “un desperdicio” de agua al lavar los trastes.

Aquí se puede entrar en una controversia interminable de opiniones, pero hay una manera práctica de cómo determinar ¿cuál sería la cantidad de agua apropiada a usar para lavar cada traste? La fórmula es sencilla, solo hay que determinar qué método de lavado y enjuagado de cada traste ocupa la menor cantidad de agua pero que a su vez el objetivo de limpieza se alcance en “excelencia”.

Ahora bien, comparemos los datos. Por una parte, tenemos información en el viejo hábito de dejar abierta la llave mientras se enjabona y enjuaga cada traste, muy probablemente en el nuevo método nos mueva a cambiar esa información, así que deberemos sustituir la información de la instrucción que nos indica “dejar abierta la llave mientras se procesan los trastes”, por la nueva información que seguramente indicaría “abre la llave únicamente cuando requieras agua y ciérrala inmediatamente mientras no se ocupa” y es muy buena idea acompañar esa instrucción, con otra que le complemente, que nos indicaría algo así como; “no importa la respuesta que encuentres para regresar al patrón anterior, mantente en la nueva información y confía en el proceso”.

La práctica, repetición y constancia consciente y frecuente de la nueva información hará en breve que la vieja información no sea usada ni pensada más, esto es lo que hace que un viejo hábito desaparezca y que uno nuevo se instale en su lugar. Así podemos aplicar la misma mecánica para cada actividad e ir modificando o actualizando nuestros hábitos y patrones mentales para por fin obtener los resultados deseados.

Así concluimos hoy, que de parte de su aventura literaria “la lectura como medio de sanación”, les invitamos a que leamos información que tenga que ver con lo que aquí hemos expresado para que podamos mantener la salud en un nivel óptimo. Les agradezco su tiempo y espacio por acompañarnos, les mando un gran saludo cósmico, su amigo Lalo Aguirre el Dragón Planetario Rojo 101…Inlakech

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