Damnificados
Roberto Cardozo
Y Aquí Empieza el Abismo
Hasta hace unos días fui un damnificado más del huracán Delta, de los quizá pocos, pero que no por eso, a manera personal, dejamos de ser menos damnificados. En la casa nos quedamos sin corriente eléctrica un par de días y la inundación en la calle bajó en el mismo día sin llegar a niveles alarmantes que pusieran en riesgo nuestro patrimonio y pertenencias materiales.
Sigo las noticias y leo que aún hay personas que tienen agua en sus hogares, en sus calles, que han perdido prácticamente todo y me parece que no le estamos dando tanta importancia porque esperábamos, quizá, un huracán que destruyera todo a su paso con sus vientos demás de 200km/h. Es aquí donde veo que muchos minimizan el hecho porque “realmente ni fue tan fuerte”, como mencionan muchos, sobre todos aquellos que “sobrevivieron” a sistemas ciclónicos anteriores que fueron considerados huracanes de categorías importantes.
Nada de esto puede ser ni comparado con las situaciones pasadas ni minimizadas porque han sido una minoría los damnificados, no podemos esperar a que haya una catástrofe para actuar ante estas situaciones, dado que todos los días hay gente luchando en contra de las adversidades cotidianas. Es urgente que todos tengamos los sentidos, sobre todo los emocionales, para escuchar, entender y atender las necesidades que aquellos que están en desventaja en todo momento.
Claro, a pesar de las malas noticias por estos desastres socio naturales, causados principalmente por la acción propia del ser humano al asentarse en geografías que son adversas ante estas situaciones, sumadas a las malas planeaciones o prácticas depredadoras del entorno, tenemos que pensar que es muy probable que los sistemas tropicales en los años venideros serán de magnitudes mayores, causados por una reacción de la naturaleza que se recupera de los efectos nocivos de nuestro interactuar con ella.
Por otro lado, con toda el agua captada de estos fenómenos naturales, se garantiza abasto para prevenir una sequía terrible en la temporada que viene, por lo que, si bien tenemos que solucionar los problemas a los que nos tuvimos que enfrentar por estar en el paso de un huracán, debemos reconocer que vendrán más beneficios generalizados en cuestión de abastecimiento y clima en nuestra zona.
Al final de todo, la naturaleza solamente reacciona en busca de un equilibrio ecológico y nosotros somos los que estamos en el lugar equivocado, en el tiempo equivocado. Lo social de un desastre socio natural lo tenemos que resolver nosotros con mejores prácticas al iniciar nuevos desarrollos habitacionales, buscando que este equilibrio natural se mantenga y no veamos año con año cómo nuestros bienes materiales se esfuman diluidos en medio de lluvias diluvianas y vientos que parecieran querer arrancarnos como la enfermedad que somos para el planeta.