Espectaculos

Yalitza Aparicio y su prueba de fuego como conductora en los Latin Grammy

Ya pasó más de un año desde que Yalitza Aparicio tomó por sorpresa al mundo con su nominación como Mejor Actriz a los premios Oscar de 2019, en su primera (y única) actuación en la película “Roma”, dirigida por Alfonso Cuarón.

Ahora todos los reflectores vuelven a estar sobre la oaxaqueña, una vez que aceptó el reto de ser una de las conductoras de los premios Latin Grammy 2020, en sustitución de Roselyn Sánchez, quien tuvo que cancelar tras tener un esguince de tobillo.

Las dudas sobre cómo se desempeñaría Yalitza en la conducción se mantenían, no así el aplomo de su presencia cuando apareció en la “alfombra” de la entrega de premios musicales. Y es que la gala de vestidos de noche se redujo solo a una veintena de invitados que posaron para la cámara en una suerte de posado, como antesala a la entrega de premios, pero aún así en la escasez, hubo quienes se erigieron como los mejores y los peores vestidos de la noche.

Yalitza, visión en rosa

Con un traje satinado en rosa mexicano (no podía ser de otra manera), Yalitza llegó empoderada. El traje con un pronunciado escote en “v”, maxi mangas, pantalón y una sobre-falda, complementado con el cabello peinado a raya en medio, con melena suelta a media onda y un maquillaje discreto en tonos morados.

El traje, que podía pasar por un vestido, lo contrastó con unas plataformas plateadas, aretes en forma de aro y un pendiente verde que la hicieron lucir como una reina. Los halagos en Twitter no se hicieron esperar.

Y ¿cómo estuvo Yalitza en su nuevo reto como conductora?

Debido a la gran expectativa que creó Yalitza Aparicio desde que apareció en “Roma”, un gran peso se ha depositado sobre sus hombros, como si fuera una ley inquebrantable: todo lo que haga, lo tiene que hacer bien. De lo contrario, corre el riesgo de ser exhibida por su capacidad sobre la profesión que eligió seguir.

Nadie mejor que ella sabe que las redes sociales suelen juzgar con crueldad. Ha vivido el racismo en carne propia a partir de las críticas que ahí se generan, es por eso que el éxito que le llegó casi por accidente, Yalitza parece que lo tiene que justificar una y otra vez.

Por eso Latin Grammy y su rol como conductora, se convirtió en una suerte de prueba de fuego.

Un evidente nerviosismo mostró a una Yalitza cautelosa que intentó leer el teleprompter lento, pronunciando cada palabra exacta, sin gesticular y con pausa, para disminuir el riesgo al error. Es que cualquiera que la veía a través de la pantalla se sentía al filo del sillón esperando que de ella no saliera un error. Por eso Yalitza casi no hacía contacto visual con sus compañeros, Víctor Manuel y Ana Brenda Contreras, viejos lobos de mar en el arte de la conducción.

Conforme fue avanzando la premiación, Yalitza se mostraba más natural, con más aplomo, aunque el repetido movimiento de su mano izquierda la acompañara durante cada intervención, sin dar pie a la improvisación que tanto se agradece en una entrega de premios y que a veces marca la diferencia entre el éxito o el fracaso de un especial de esta envergadura.

Pero parece que todos se encargaron de cuidar y arropar a Yalitza en su primera vez. Por eso hubo contados cambios de vestuario para ella y en eso, sí fue absoluta triunfadora.

Lució regia con un vestido negro estilo corset y a un solo hombro, para después brillar con un traje en blanco con cut outs y mangas abombadas. Con cabello recogido que coronaban unas llamativas y perfectas flores rojas como media diadema.

En la recta final Yalitza mostró su atuendo más atrevido: un minivestido azul eléctrico línea A, asimétrico en la falda y con incrustaciones blancas a un costado, con el que dejó ver sus torneadas piernas, muy favorecedor para su estatura.

Tal vez Yalitza Aparicio nos queda a deber en su debut como conductora, como cualquier primerizo en ese rol lo hubiera hecho, pero la oaxaqueña va por buen camino, sólido, seguro y aprendiendo sobre la marcha de esa fama que le llegó repentinamente y que ahora ella lleva sin prisa, capitalizando, un paso a la vez.

To Top