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Saneamiento del cenote Chen há, en Kopomá con residuos altamente contaminantes

El 4 de diciembre de 2020 tuvimos la oportunidad de sanear un cenote más que se agrega a la extensa lista de cuevas inundadas que por desgracia preservan gran cantidad de residuos sólidos  y los cuales han sido rehabilitados gracias al apoyo de Fundaciones, Asociaciones civiles, órdenes de gobierno, ejidos, pobladores en general,  espeleobuzos y personal técnico. En esta ocasión tuvimos la oportunidad de limpiar el cenote Chen há, ubicado en el municipio de Kopomá; proyecto que se consolidó gracias al apoyo de la Fundación Bepensa, siendo que luego de 5 horas de intenso trabajo se lograron extraer alrededor de 700 kilos de residuos sólidos. Cabe mencionar, a diferencia de los anteriores saneamientos, en esta oportunidad y para nuestra sorpresa debido al gran volumen  y características de los residuos sólidos se desenterraron medidores de luz, los mismos que se utilizan en los hogares y empresas, siendo que muchos de ellos se ubicaron gracias a la combinación de la experiencia de los espeleobuzos y de un detector de metales ya que por ser un cenote abierto, y a la constante precipitación de materia orgánica, así como el mismo peso de los artefactos, estos se encontraban debajo de una gruesa capa de sedimento. Es evidente que este tipo de aparatos electrónicos poseen componentes altamente contaminantes como cobre, plomo e imanes, y de allá nuestra interrogante en conocer si estos metales pesados fueron los que originaron la muerte de peces que se observaron depuestos en el fondo; siendo que unos se encontraban en buen estado de conservación y otros solo se vislumbraba el esqueleto; a ello hay que sumarle los cráneos de 3 cocodrilos. Es importante recalcar que en los últimos años diversos estudios han demostrado que el agua de muchas zonas de Yucatán posee partículas cancerígenas, y sin duda este tipo de acciones además de ser un desastre para el medio ambiente podría abonar al problema debido a sus agregados peligrosamente contaminantes.  Al final de la jornada se contabilizaron 112 aparatos, muchos de ellos completamente corroídos por el paso del tiempo y algunos adheridos a mandíbulas de animales. Por fortuna se identificaron peces vivos como mojarras y los llamados Aluh (en maya) o bagres de cenotes. Consideramos que este tipo de acciones atentan contra la salud, no solo de la población que vive cerca del cenote que aprovechan el agua de pozo para consumo humano, animal e incluso hortalizas, sino un riesgo inminente para las poblaciones circunvecinas que extraen agua que luego  es clorada para consumo humano, y por ende, no se eliminan los metales pesados. Importante señalar que algunos cárcamos o sitios de extracción podrían estar en el trayecto del agua que sigue su rumbo natural hacia el mar antes de llegar al sitio de extracción para luego ser aprovechada para actividades domésticas. Un atento llamado a las autoridades de los 3 órdenes de gobierno para que tomen cartas en el asunto, ya que la incógnita hasta el momento sigue siendo quien arrojo estos medidores de energía y la razón.  Finalmente, exhortamos a los pobladores a custodiar los cenotes de la península de Yucatán ya que el agua que estos contienen de una u otra forma llega a nuestros hogares.

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