Editorial

Como sanar sembrando – Lalo Aguirre

Como sanar sembrando

Lalo Aguirre

Con el permiso de sus rostros, de sus espíritus y del Universo, desde Cancún les damos la bienvenida a su espacio de reflexión, “la lectura como medio de sanación”, con su amigo Lalo Aguirre. ¡En donde encontraremos cualquier tema que sane o ayude a sanar por medio de la lectura!

¡Buen día familia lectora, deseo estén bien! El día de hoy analizaremos un poco el tema de cómo es que la acción de sembrar tiene un efecto directo y poderoso en la salud humana. A quienes nos leyeron la semana pasada, abordamos el tema de “las atmosferas” y vimos cómo es que el entorno que elegimos o en el que nos encontremos, tiene efectos directos en nosotros y obviamente en la salud. Por ello es que es tan importante procurar de vez en cuando un viaje o un momento de desconexión de la vida de ciudad y conectar con la naturaleza.

Recientemente resuena la idea del “por qué” la humanidad actualmente vive las calamidades y enfermedades que vive, la respuesta en alguno de los casos y en mi caso en particular, provino de los ancestros, un día encontré un video de un anciano ataviado con la indumentaria de los “Indios Hoppi” y mencionaba que todo lo que estamos experimentando y que no nos agrada es porque según su visión, los humanos han olvidado las instrucciones de cómo vivir en la Tierra. Coincidente o casualmente es la misma idea que deriva de otras culturas ancestrales y que nos guste o no es totalmente verdad.

Retomar las actividades de la tierra nos reconecta con el “Gran Espíritu”, con la Madre Naturaleza, nos aísla y desconecta de las vibraciones nocivas de la vida de ciudad, esto permite que la energía vital circule y se limpie. Nuestras células reconocen de inmediato el lenguaje de la Tierra y comienza un proceso complejo de comunicación y con ello la restauración del equilibrio energético.

Recordemos para quienes saben del trabajo del Dr. Massaru Emoto sobre “los mensajes del agua”, en donde nos ilustra cómo es que el agua no solo alberga hidrógeno y oxígeno, sino también “información” y que esta información es determinante en el mundo “estructural físico”. En este experimento se puede apreciar como las moléculas del agua son modificadas por diversos medios de trasmisión de información.

Referimos este tema porque, imaginen nada más como es afectado nuestro cuerpo cuando sabemos que este está constituido por lo menos de un 60% de agua, recordemos también que en la vida de ciudad estamos expuestos a múltiples y diversos elementos que son estresantes. Tomemos en cuenta eso y sumemos a ello que no tenemos mecanismos efectivos de “mantenimiento humano”, a lo mucho nos limitamos a practicar algún deporte o disciplina, pero no está siendo suficiente.

Debemos también tener en cuenta nuestro cuerpo energético, que se deforma y contamina con el paso del tiempo, también hay que darle mantenimiento y aquí es donde entra en acción “el sembrar”, pues hacerlo con regularidad va cultivando la calma y la paz interior, esto traerá armonía a la vida de quien lo practique. Sembrar literalmente es dar vida, hay un manejo interesante de fuerzas y energías cósmicas/terrestres que sin duda alguna contribuyen de manera poderosa a la salud humana.

Como consejo y antes de despedirme, les quiero compartir que la cercanía que tengo con la Gran Selva Maya me permite visitarla regularmente y practicar ahí actividades como la siembra, leamos y aprendamos mucho del tema, disciplinas como la meditación o el yoga. Entiendo que no todas las personas tienen la posibilidad de escaparse a la selva, por lo que el consejo es que cuando menos busquen un área verde como un parque, por ejemplo, eso es mejor que nada.

Por hoy concluimos su aventura literaria “la lectura como medio de sanación”, les invitamos a leer información que tenga que ver con lo que aquí hemos expresado para que podamos mantener el buen habito de la lectura y la salud en un nivel óptimo. Les agradezco su tiempo y espacio por acompañarnos, les mando un gran saludo cósmico, su amigo Lalo Aguirre el Dragón Planetario Rojo 101…Inlakech

¡Gracias, gracias, gracias!

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