La Industria del Cine en Yucatán
Roberto Cardozo
Y Aquí Empieza el Abismo
Hace unos días terminó el Festival Internacional de Cine en Mérida, Yucatán, dejando muy gratas sorpresas con los proyectos y trabajos presentados. Una de las etapas más esperadas y con mayor número de seguidores es el Short Film Race, que es el concurso de cortometrajes locales que se organiza dentro del propio festival. Me da mucho gusto que en materia de fotografía y arte se vaya avanzando mucho y los trabajos presentados este año tengan resultados de buenos a excelentes. También hay que reconocer la calidad del trabajo de los actores, quienes suelen ser estudiantes de teatro y algunos aficionados que poco a poco van generando una presencia notable en el llamado séptimo arte.
Pero tenemos que reconocer algo, si queremos que haya una verdadera industria del cine (y esto lo he manifestado desde hace varios años), tenemos que desarrollar todas las áreas de producción cinematográfica, no solamente las que «son protagonistas», como dirección, cinefotografía, sonido (los rockstars de la industria, al menos para los principiantes). Nos hace falta trabajar mucho en guionismo, en distintas áreas de le dirección de arte, en dirección de casting; es decir, las áreas de producción que suelen pasar desapercibidas y que son muy importantes para contar una historia a través del cine.
Claro, esto sucede porque, debemos reconocerlo, al ser una indistria joven, idealizamos las situaciones, sobre por el siguiente ejercicio que propongo: Piensa en un director mexicano de cine. Fácil, ¿no? Ahora piensa en un director de fotografía. También fue relativamente fácil, aunque es probable que muchas personas únicamente conozcan a Lubezki y los más avanzados podrían mencionar a Figueroa. Ahora vamos un poco más adelante. Piensa en un guionista mexicano famoso. Ahora ya no será tan fácil para la mayoría y ya ni preguntemos por maquillistas, artistas de efectos especiales, editores, montajistas, el equipo de tramoya e iluminación, por decir algunos. Entonces, estamos ante esta romantización del cine y pretendemos que la única manera de hacer cine profesional es que los directores, cinefotógrafos y actores se profesionalicen, dejando de lado muchas áreas importantes en rezago.
He notado también que la mayoría de los productores y directores prefieren escribir sus propias historias a encargar a un escritor la elaboración y tratamiento de las mismas, cuando se hace necesario que se encarguen los que realmente se están dedicando a este trabajo.
Como guionista en formación, puedo decirles que no es un trabajo fácil y que puede llevar un par de años terminar quince minutos de historia porque hay que hacer mucha investigación previa, algo que se notó que no tenían muchos cortometrajes del festival que acaba de concluir, incluso podría sospechar que por flojera escribieron lo primero que se les ocurría. Solo por mencionar un tema de tanto por aprender.
Tuve la oportunidad de observar en los cortometrajes, imprecisiones tan simples como la manera de sostener un rifle, diálogos acartonados en varios trabajos, así como historias que parecen de la rosa de Guadalupe y, por ende, sabemos que van a funcionar. Y este es un error en el que podríamos estar cayendo también, la elección de temas por el simple hecho de que van a gustar, algo que no está mal, pero que, al igual que en el tema del narco, llegará el momento en que ya sean temas por demás manoseados por su facilidad de consumo.
Ojo, no estoy en contra de que el cine se consuma, al contrario, el público hará que las producciones continúen creciendo en nuestro estado. Estoy en contra de que los directores y productores elijan temas por su facilidad y no se esfuercen en contar estas historias de una manera que implique un verdadero desarrollo de la incipiente industria peninsular.
No pretendo erigirme como la autoridad de cine en Yucatán, hablo más como consumidor del mismo y como alguien que sabe que la industria en nuestro estado necesita pasar al siguiente nivel, este nivel en el que se cuenten historias bien elaboradas, con temas que atraigan a la vez de ser realmente propositivos. Atreverse, eso hace falta.