RADIOGRAFÍAS
El espía de la escritura: John Le Carré
NORMA SALAZAR
Un buen escritor
no es experto en nada
salvo en sí mismo.
y sobre ese tema, si es listo,
cierra la boca.
John le Carré
A los 89 años de edad fenece John le Carré, un novelista intrigante por su forma de narrar bruñida y lírica absolutamente compleja, un acierto para la literatura de ficción o thriller donde las causas y efectos son expuestos con temas de traición, la fuerte carga de un psicoanálisis, el compromiso moral, los rompimientos de escrúpulos que puede tener el ser humano, el bajo hábitat de las mentiras; todo esto fue directrices escriturales para Le Carré. Parábolas de la condición humana, que desarrolló en el ancho mundo del espionaje. Le Carré fue hechizado por el acecho de una formación frívola pero altamente turbulenta. David John Moore Cornwell nació en Poole, suroeste de Inglaterra el 19 de 0ctubre del año 1931 en Cornualles y recientemente fallecido el 12 de diciembre del 2020. Tuvo unos estudios representativos en una clase media alta, sus primeros aprendizajes los cursó en un colegio privado Sherbone, estudió por un año literatura alemana en la Universidad de Berna, el servicio militar obligatorio en Austria, su desempeño laboral consistía en interrogar a los desertores del Bloque Oriental por último obtuvo un diplomado en Letras Modernas por la Universidad de Oxford. Tiempo posterior se uniría al afamado M16 prestando sus servicios en Alemania para luego estar al frente en la Guerra Fría dentro del secretariado de la Embajada Británica.
Le Carré dispone su tiempo con su profesión de espía, y como muestra es El espía que surgió del frío (1963), es una magnífica novela de espionaje que asentó un patrón nunca antes culminado.
“¿Qué demonios crees tú que son los espías? ¿Filósofos moralistas que calibran todo lo que hacen contra la palabra de Dios o de Karl Marx? No lo son. Son un atajo de desdichados, escuálidos bastardos como yo. Hombres insignificantes, borrachos, invertidos, papanatas. Funcionarios que juegan a vaqueros para dar brillo a sus precarias vidas.”
El M15 le aprobó publicarla porque sus jefes discurrieron que era indiscutiblemente artificiosa que nadie podría preocuparse que su autor fuera un espía de verdad. Pero los lectores del resto de mundo opinaron lo contrario, pues les pareció una novela realista.
Los espías en su obra narrativa son personajes ebrios, cínicos que en ciertos momentos son guiados por un idealismo político; estos buscan en el entorno del espionaje todo tipo de excitación que no pueden tener en otra vida llena de simpleza cotidiana y monótona. Su vida está en contribuir una explotación y ser expuestos las delgadeces tesituras de carácter de los otros seres humanos que los rodea. Sí, amable lector los sentimientos más indeseables por sus crueles conductas con el prójimo de demostrar rencor y llevarlo al extremo de una traición anunciada son los aliados y enemigos en los personajes de sus novelas de Le Carré. El espía que surgió del frío es un ambiguo drama de espionaje asimismo un pretexto, lo que diríamos un trama de desatinos para ahondar las miserias humanas. Una naturaleza corrompida de la propia especie; una verdadera trampa como lo muestra su protagonista Alec Leamas al tratar de alisar a sus antagonistas tras el telón de acero. El tono de la narración es amargo y desesperado con matices de remordimientos por no tener una salida correcta ni un suspiro de tranquilidad, podemos sentir en nuestra lectura una angustia latente. Es un universo que asfixia por tanta amoralidad que coloquialmente hablando en valor es un eufemismo de inmoralidad, un ambiente donde el amor o la piedad no tienen cabida ni mucho menos ideales. En la intriga deja un ferviente rastro y un descubrimiento en la relatoría, es decir, un fiel retrato de inmisericordia entre ambos contendientes por una dominación global. Déjeme enfatizar, los innumerables enfrentamientos internos que emulan con falsos credos es despiadado. La vocación homicida contra el prójimo y un enorme poder de control es necesario a toda costa para tener una condición perpetua, lo leemos en esta novela son escenarios que apenas no podemos intuir con mínimas posibilidades bucólicas, por ejemplo, en un paseo de fin de semana. El personaje paternal de Cyril Cussack es un personaje de engaños. Ahora bien, los paisajes de este título que nos ocupa es de un clima inhóspito y siniestro el escenario es el origen de un muro en ruina.
En un comentario entre novelistas en éste caso John Banville y John Le Carré le dijo a Banville: «Mis propios vínculos con Inglaterra se han ido soltando en los últimos años, y es una especie de liberación, aunque sea triste” Esta novela es una obra clásica en la literatura universal, una narrativa de espías y espionaje de ficción de culto, aunque se escribió en los años 60ʾ s durante la Guerra fría entre los países de la extinta Unión Soviética y los Estados Unidos sigue teniendo un matiz vigente en estos tiempos truculentos.
Termino ávidos lectores, con las siguientes líneas; en este año que comienza espero que vengan buenas nuevas para todos y todas, que seamos más humanos podamos acompañarnos a la distancia en completa responsabilidad. Sí, hubo un antes vendrán muchos después para reflexionar y valorar lo que es nuestra vida.
Deseo a todos mis compañeros del diario Opinión de Yucatán un año 2021 de mucha salud y fortaleza.