POEMÍNIMOS
Tina Torres
de mí para mí, y compartir
I
Y DE REPENTE escuché el ritmo de mis pensamientos
y no me identifiqué con ellos,
sentí que el tiempo y el espacio no existían,
de inmediato me trasladé a la alegría,
me abracé como nunca lo haría,
y tengo la certeza de que tú también lo sientas estos días.
II
¿Y SI PUDIERA estimular mi mente
para comprender qué hago aquí?
Que no creo que respirar para ganarse la vida
sea lo más relevante,
tal vez exista otra dimensión
donde mi yo sabio no sabe de dolor,
¿qué tal si estímulo a mi mente,
o mejor aún a mi corazón?
Que entre pensar y sentir lo primero me ha dejado
más jodida que lo último,
porque es sumamente más delicioso llorar que juzgar.
Pero en esta curiosidad me encontré con algo más,
una conciencia colectiva ansiosa por sanar,
¿qué soy parte de todo?
¡qué difícil de asimilar!
Y es que a veces soy la intensidad del viento
y otras la calma del mar,
y es que a veces sólo tengo la necesidad de amar.
III
NECESITO descargar el deseo,
y anhelo que te cruces en mi destino para hacerlo,
necesito dejar vacío aquí dentro,
porque cargar con esto me está enloqueciendo;
toma mi deseo por el cuello
y verás cómo brota el veneno,
porque ésta es una trampa de mi ego
que falsamente me hace creer que te quiero.
IV
QUE MI CONCIENCIA me gobierne,
que salve a mi ego con un rezo,
que la dignidad perdida no sea el plato de cada día,
que mi camino encuentre brisa,
que despeje a mis apegos
y que por fin miremos lo que llevamos dentro.
V
MI ÚTERO Y MI CORAZÓN tienen una conexión,
albergan un latido y un poder creador,
descubrirlo,
dulcifica la relación conmigo misma,
descubrirlo,
dignifica mi paso por la vida
y finalmente,
glorifica la esencia de mis días.
Ramírez Torres, ArgenTina. Texcocana, específicamente de Huexotla. Egresada de la UNAM como Licenciada en Trabajo Social. Actualmente es profesora de Sociología y Antropología en la Escuela Preparatoria de Texcoco de la UAEM. Apasionada de las Ciencias Sociales, la Física Cuántica y la espiritualidad. La hace feliz la naturaleza y experimentar el amor. Es constante transformación, tratando de portar el pedazo de universo que es en un ser mejor.