VIENTO SUR
GUILLERMO ALMADA
XI
Los cuerpos relajados,
desestructurados,
después de haber estado
amándonos.
La hora flácida del silencio.
Las marcas del deseo.
La humedad agria
de nuestra epidermis sudorosa.
Anclar el goce
en la margen superior de tu cama
como un recurso poético.
Amarrarte a mi vera
con nada,
con un sueño que sé
que no voy a hacerte realidad.
El cigarrillo del minuto después.
El silencio de la filosofía del momento.
El tedio de los amantes permanentes.
Nos estamos volviendo una costumbre
y no quiero…
No quiero acostumbrarme a vos,
a tus gustos sexuales,
a tus expectativas…
Soy un pasajero en tránsito.
Tengo dinámica de fugitivo.
Me iré más temprano que tarde…
Y lo sabés.
Tus piernas vuelven a rodearme.
Siento tu boca que me allana
nuevamente. Tu vulva me absorbe
y yo me dejo caer en tentación…
como si no quedara en mí, autonomía,
me habré vuelto un souvenir
tal vez.