Editorial

RADIOGRAFÍAS – El códice de calkiní

RADIOGRAFÍAS

El códice de calkiní

NORMA SALAZAR

 

El códice de calkiní o de igual forma la crónica de calkiní es un registro de escritos muy antiguos que refieren cómo los mayas del linaje Ah Canul habitaron la región noroeste de la Península de Yucatán, posteriormente de la pérdida de Mayapán por las travesías e invasiones españolas a través del cacicazgo de Ah Canul cuya capital fue Cakiní.

Todos estos sucesos fueron publicados por primera vez es gracias al que fuera gobernador constitucional por el estado de Campeche Dr. Alberto Trueba Urbina. El doctor Trueba facilitó los medios para acercar la Historia de Campeche, no habían tenido acceso el público ni los ciudadanos del estado. Un prístino relato, tomado en su conjunto de la provincia maya de los Canules, cuya capital fue la noble Calkiní del Camino Real. El limite Canul con la extensión y límites de su territorio; de episodios de su conquista y el nombre aquellos hombres notables.

Por otro lado, contiene la lista de lo contribuido a don Francisco Montejo Xiu a su paso por calkiní lo que el capitán realizo con el tributo aledaño a la grandiosa ceiba y el pozo Halim; los nombres de los primeros españoles que habitaron en calkiní con los esclavos que se les dio, adquiridos en común y lo que por ellos se gastó. La comisión Canul que va en 1821 a los archivos de don Francisco de Montejo Xiu de Maní resalta la búsqueda un mapa para aclarar dificultades de límites, por último, revela cómo un maya educado tenía informes precisos de la geografía de la Península, menciona el Petén Itzá, Sisal en la costa norte y Cobá probablemente confundiéndola con Tulum en la costa oriental además de Campeche y Champotón en el área occidental.

 

                                   “Esto les aconteció delante de su capitán de Montejo que miraba

                                   cómo le aportaban el tributo.

                                   Pero era yo un muchacho siguiendo a mi padre que estaba en oficio

                                   mientras yo con mi padre Na Pot Canché. Aquí sucedió

                                   sobre el pozo de nombre Halim donde se alzaba la majestuosa

                                   ceiba, bajo la cual se concertaba todo aquí en calkiní”

 

A mediados del siglo XVI, cumplida la conquista de los señoríos mayas del norte y centro de la península aunado a los exploradores europeos por cumplir su misión de bautizar con el nombre de Yucatán, la población se convirtió en súbdito de la Corona española a su vez en miembros de la misión evangelizadora de la Orden de San Francisco encomendada de anular la religión ancestral pagana, y de convertirlos en cristianos. Entre los trabajos iniciados por los frailes subrayan sus bríos por aprender la lengua maya y tener la misión totalmente cumplida, que era lograr la instrucción religiosa de los gobernantes indígenas y que aceptarán el bautismo, apertura de escuelas donde se instruía el catecismo y la alfabetización de los vástagos de la nobleza. Como ya hice referencia el códice congrega una serie de relaciones que se relata a diferentes momentos históricos antes, durante y después de la invasión española, sus protagonistas y autores de los originales se identifican como vástagos de los linajes Canché y Canul. Otro aspecto muy interesante es que desde los tiempos prehispánicos entre estas dos familias, como asunto piramidal en los primeros textos.

 

                                   “Los de Chulilhá tenían por Batab a Na Puc Canul que vivía allí:

                                   los españoles estuvieron en su casa… aquí en Calkiní…Canul…

                                   Los de Chicán tenían a Na Un Canul por Batab…

                                   Na Haua Dzul se llamaba su Kul. Na May Canul…

                                   Calam era su Kul; Ah Kul Cob era su segundo Ah Can, Ah Kul Chim

                                   era su tercer Ah Can.

                                   Los de Nohcacab tenían por Batab a Na Chan Uluaense; Ah Kul Chan

                                   Era su Kul; Ah Kul Yah era su segundo Ah Can.

                                   Los de Bécal tenían por Batab a Batab Nauat; Na Un Canul había sido su Batab

                                  antes, renunció y fuese a Tenabo.

                                Ah Kul Yah era su Kul cuando llegó Na Chan Camul entonces en Tapekam, de

                                   donde vino aquí a Calkiní con Na Puc Chí, su Kul; aquel Ah Kul Dzib se marchó,

                                     su hijo está en Tenabo”

Aquí, la relación de los nombres, eran muchos que se dispersaron por los pueblos, los nombres de los Batabes y de los Kules y Ah Canes, se les tasó su tributo presentes en los cortiles de Na Pot Canché en Calkiní. Ellos, se encontraban cuando aconteció la suplantación de los señoríos.

Ahora bien amable lector, existe otro punto cardinal en la historia-documental y, es que hay una diferencia en la formación del códice que corresponde a la defensa de los derechos de Calkiní como la cabecera de un distrito, frente a las ambiciones territoriales de otros pueblos. Esto había quedado en el pretérito las diferencias entre los linajes sin perder de vista la confrontación que se señala en el códice, los documentos que avalan la llamada Crónica de Maní y relata la contraparte de dicho códice.

Termino ávidos lectores con estas líneas fechadas a los 9 días de diciembre de 1582 donde se terminó las obras de construcción de calles en Calkiní.: “para buscar el Mapa de los Pueblos en el gran archivo que tienen de don Francisco Montejo Xiu, gobernador de aquí de este Yucatán. En verdad se nos ha dado y vemos verdaderamente donde es el término de nuestras tierras y de nuestros bosques según lo dice el Mapa que se nos ha dado y… Esto es lo que certifica este Mapa que hemos hoy a veinte de noviembre de 1821 años”

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