Editorial

RADIOGRAFÍAS – David Lynch y el espejo humano

RADIOGRAFÍAS

David Lynch y el espejo humano

NORMA SALAZAR

David Lynch es uno de los más destacados directores de cine, actor, productor de música electrónica y magnífico guionista estadounidense. David Keith Lynch proveniente de una familia clase media, empieza a edad muy temprana un gran interés por el séptimo arte, para el año 1966 se traslada a Filadelfia para estudiar en la academia de Bellas Artes donde empieza a tener importancia por el cine. Sus primeros cortometrajes son Six men gatting sick, escribe diversos cortometrajes obtiene premios. Llegaría la oportunidad de dirigir su primer largometraje Eraser head (1977) considerada un filme de culto, vendría el año de 1980 donde fungiría como productor con la película The elephant man donde es nominada a diversos premios Oscar. Un director renombrado por sus filmes Dune, Blue velvet, Wild at heart.

Las obras de este cineasta tienen características que ubicamos en su estética y el tiempo que lo hace tan suyo como lo vemos; alta fidelidad en Blue Velvet. Relación intensa con éste tiempo por ende no guarda lealtad a una inflexibilidad histórica en los que se ven estilos de una época. El trabajo cinematográfico de David Lynch es más que un cosmos de experiencias que tienen un sinfín. Su estilo narrativo para cada historia con sus personajes debemos de prestar atención porque son nuevas lecturas que muestran interpretaciones no vistas, es decir, lo referente a sus personajes viven una realidad de la cual estos protagonistas piden liberarse de ella por diversas situaciones. Asimismo estos personajes conviven en otro mundo aparte y forzados a lo opuesto de la realidad, aquí vemos un mundo con muchas salidas, una catarsis de desahogo.

A través de su arte, muestra la otra vida, es decir, reitero, aquella dualidad más allá de la trama desigual en todos los casos, estos mundos opuestos que se conectan entre el bien y el mal, lo onírico y lo real, el surrealismo y el clasicismo. Blue Velvet es una película imprecisa, infausta con un erotismo y matiz sereno sin dejar pasar su lado fatídico, falaz enardecida, gótica.

Eraser head, Dune, The elephant man, nos delinea un mundo opaco e impetuoso, una huida fantasmagórica al trasfondo de la mente sin beneplácitos y sin retorno. Amable lector, déjeme ser descriptiva en mis siguientes líneas; el Adagio para cuerdas del compositor estadounidense Samuel Barber, con su arte perfecto nos trasportó a través de su lenguaje musical lo más agudo para vislumbrar a nuestra psique y sensibilizar hasta el íntimo rincón de nuestra alma lo que no puede ser olvidado.

 

“¡No! ¡No soy un elefante!

¡No soy un animal! ¡Soy un ser humano!

¡Soy una persona!”

– John Merrick

 

Sí, un Ser Humano Joseph Merrick, tristemente conocido como The elephant man donde es inadmisible conjeturar mayor sumisión y beldad en aquél santiamén por tanto abatimiento incluyendo el tema árido, podría cavilar que el guion cae en complejas alquerías del drama, exponiendo un tétrico sufrimiento, en realidad Lynch focaliza la lucha y el decoro de su protagonista que es muy portentoso. Por su condición, su destino trágico a causa de su enfermedad en aquella época tan estigmatizada pero no solo esto, sino la gente de su entorno afilaba una daga hiriente de vilipendio, degradación, ultraje, la otra cara de la sociedad exponía su perversidad en este filme.

Ahora bien, extendamos el rompecabezas de esta magnífica película porque el inicio es contundente por una secuencia onírica, nos da la facultad como espectadores ser testigos de la adversidad de John Merrick. Segundo eje piramidal el compasivo médico Frederick Treves (interpretado por el actor Anthony Hopkins), en la persecución a un policía. Un circo ambulante termina cerrando un grotesco espectáculo llamado The elephant man, no puede ver el médico al fenómeno pero no se rendirá hasta examinarlo, lo logra, al fin quedando estupefacto por su condición física que tiene severas deformaciones, en esta escena hay más que la mirada compasiva del doctor Treves es también la otra observación del director David Lynch, exhibe una historia muy cruel con veracidad, y no sólo escribe una narrativa absolutamente personal, está a flor de piel la ausencia a la felicidad una confirmación prohibida por la libertad física y mental una narración con sólo referente a la vida de Merrick; vive un escenario lúgubre por su aspecto que es un infierno para él. Déjeme ser enfática, Lynch descarta un desasosiego en la historia a su vez representa una parábola por la existencia, por supuesto una lamentación sobre la inmortalidad de la ingenuidad y del valor.

Termino ávidos lectores The elaphant man, una obra magistral donde nuestro director David Lynch profundiza una analogía estilística y temática, transportándonos a un mundo de verdades anímicas, sí, lo más profundo del ser humano que resguarda verdades enmarañadas que a primera vista son incomprensibles. El verdadero Joseph Merrick es un hombre con deformaciones en su cuerpo que así lo conoce la gente, pero, no conocen al Otro John Merrick que posee una sensibilidad y tiene un ser gentil con una profunda dignidad.

David Lynch es un director de culto, sus filmes se concentran o quiere hacernos creer como público ciertos cuestionamientos, confusiones, razonamientos de las relaciones humanas. Sus películas tienen una identidad distintiva y una fuerte exploración con sus bemoles del ser humano que pueden provocar un excesivo temor, porque demuestra como interactuamos como seres racionales y lo que podemos hacer con nuestras acciones sean estas de pensamiento o físicas con nuestros semejantes.

 

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