RADIOGRAFÍAS
El lenguaje poético de Raúl Renán
NORMA SALAZAR
Raúl Renán X González, nació en el barrio de San Sebastián, Mérida, Yucatán el 02 marzo de 1928 y fenece el 14 de junio de 2017 en la Ciudad de México. Poeta, narrador, editor; amante del cine, el teatro, la música fue un gran conversador. En ratos libre le gustaba asistir a beber un exquisito café en compañía de sus compañeros de trabajo, alumnos, escritores, amistades heterogéneas.
Su obra es diversa muy versátil donde leemos de gran calidad cuentos breves muy sólidos, minificciones, epigramas de jugueteos verbales; promotor cultural, maestro de talleres de poesía y poesía experimental, cuento y revistas, un editor excepcional. Siempre alerta con lápiz en mano para atrapar las palabras.
Emérita, un libro escrito con poemas dedicados a Yucatán cuya disposición retoza con los emblemas particulares, donde figuran acontecimientos y emociones que aviva el terruño. La memoria de Raúl Renán es tan contemplativa y la península es su espacio evocativo.
I
“veo un rincón que espero
no se me oculte en otra calle de Mérida.
voces se confiaron entre sí.
se fueron los hablantes,
pues es cierto que siempre
cambia la vida.
aquello se quedó allí
con expresiones secretas
sin necesidad de borrarse.
me acerco a oírlas hoy
pasados los siglos
y entiendo su silencio
( )
Inerte.
me quedo velándolo
con la ayuda de la noche
y su tiempo oscuro”
Raúl Renán en toda su obra poética tenía una capacidad de síntesis. Indudablemente Renán solía proyectar en el papel pequeñas galas literarias fueran haiku, aforismos, texto breve, o de poesía experimental que provocaba diversas sensaciones a sus lectores. Ya sea por su sentido del humor, por su afecto a lo clásico, por su habilidad de conectar la historia o una minificción a través de su pluma.
Santa Lanza
“En la Primera Cruzada, los que estuvieron en ella lo saben (15 de junio de 1098) sobre todo los que rodearon la perforación realizada debajo de un templo en Antioquia. Desenterraron una reliquia, nada más y nada menos que la Santa Lanza, aquella que el soldado romano clavó en el costado de Jesús crucificado. Del soldado romano no se sabe el nombre por desgracia, el castigo hubiera sido merecido e inequívoco y hubiera sacudido a la cristiandad de entonces; para el primero de los excavadores, el que la encontró, se manifestó dueño y señor del arma expresando que no la entregaría a nadie ni al mismísimo Bohemundo de Otranto, no importa que fuera despiadado como se dice y que sus ojos azules paralizaran a quien los veía, «la Santa Lanza es mía y sólo mía» y con ella hirió a cuanto testigo se le interpuso, desde sus compañeros en el fondo de la cueva. Salió. Había que verlo embrazando el arma amenazante. Y así como si fuera una estatua viviente de piedra oscura desde un pretil del templo donde este milagro ocurrió se mantuvo amenazando a quien se atreviera… como hasta hoy que no toca a su fin la Primera Cruzada.”
El poeta peninsular enfatiza que la poesía son palabras que causan emociones experimentales, es decir, los cánones de su línea de cada palabra emergen con un educado trazo escritural.
“A San Sebastián atado a un tronco trunco, unos facinerosos le robaron las flechas recién clavadas a su cuerpo, menos una que cierta dama puso bajo su custodia con mimos golosos”
…
Termino ávidos lectores con 2 textos breves a manera de regalo de cumpleaños para festejarlo, a sus lectores del poeta emeritense Raúl Renán con regocijo leamos su vasta obra literaria que sigue vigente y futuras generaciones, queda mucho por descubrir.
Puntería
“No es fácil acertar al hongo de un paraguas desde lo alto. Todas las gotas de la lluvia deciden caer traviesas a campo libre. No faltan las jóvenes desobedientes que caen sobre el portador del paraguas para mojarlo y obligarlo a que suelte el aura negra su cielo protector”
…
Equitación
“Tanto monta, monta tanto, que el jinete ya está sapo”
