Tecnologia

La batalla por los GIFs: Facebook y Google quieren quedarse con ellos

El año pasado, Facebook anunció la compra de Giphy por 400 millones de dólares. En una adquisición poco esperada, la compañía de Mark Zuckerberg se hacía con el amplio dominador del mercado de este formato, convertido en parte central de la cultura y el lenguaje en internet.

Ahora, la CMA, el equivalente británico a la CNMV española o cualquier ente de control de la competencia, ha comenzado a investigar si Facebook tiene un control sobre el formato que le puede dar una situación de ventaja competitiva. Un nuevo aleteo de las acusaciones de monopolio.

Pero lo cierto es que los GIFs y sus plataformas se han convertido en una especie de objeto de deseo para las grandes tecnológicas. Antes de que Facebook se hiciera con Giphy, Google había conseguido a su competidor Tenor, y lo había integrado en Android, al igual que Facebook ha hecho lo propio con Giphy e Instagram o WhatsApp.

¿Por qué Facebook quiere tener un monopolio en los GIFs?

La Autoridad de la Competencia y los Mercados de Reino Unido concluía en su informe que la compra de Giphy plantea problemas de competencia.

El organismo de control afirma haber encontrado pruebas de que Giphy tenía planes para ampliar sus asociaciones de publicidad digital al Reino Unido y otros mercados antes de que se alcanzara el acuerdo. Cree que la combinación de Giphy con Facebook significaría que la empresa tiene menos incentivos para ampliar su negocio de publicidad online, lo que llevaría a una posible pérdida de competencia.

En otras palabras, que tras la adquisición, Giphy ha dejado de enfocarse en su negocio, en ser rentable por sí misma, lo que puede indicar que Facebook no la adquirió por eso, sino por otros motivos, como controlar un activo importante en apps de mensajería rivales.

La CMA dio a las empresas cinco días hábiles para responder a sus preocupaciones sobre el acuerdo, a lo que Facebook respondió en un comunicado que «esta fusión es buena para la competencia y para los intereses de todos los que utilizan Giphy y nuestros servicios en el Reino Unido, desde los desarrolladores hasta los proveedores de servicios y los creadores de contenidos».

Un ‘espía’ de otras apps

Giphy hasta la compra solo ingresaba por su negocio publicitario. La empresa estaba empezando a permitir a los anunciantes patrocinar GIFs y añadir superposiciones de vídeo a los GIFs generados por los usuarios.

 Pero los GIF no son un producto publicitario boyante en sí mismo. Por eso, desde el comienzo se pensó que la compra tenía otros motivos. Principalmente, la información que podría aportar sobre las plataformas web que visita la gente y lo que comparte en ellas.

Giphy cuenta con una gran base de datos de imágenes GIF que los usuarios pueden consultar en redes sociales y plataformas de mensajería a través de su API.

Gracias a embeberse o incluirse en otras apps con su API, el 50% del tráfico de Giphy procede ya de las aplicaciones de Facebook. Pero ahora Facebook sabe qué GIFs de Giphy comparte la gente en todas las demás aplicaciones que utilizan su base de datos.

“¿Aporta mucho saber qué Gifs son tendencia? Bueno, quizá no tanto, pero sí saber por dónde se distribuyen”, apuntaba a Fast Company Michael Ostrovsky, profesor de economía especializado en competencia digital.

Por lo tanto, los datos de Giphy también podrían revelar la creciente popularidad de una nueva aplicación o servicio. Si una aplicación de este tipo empezara de repente a hacer muchas llamadas a la API de Giphy, podría revelar que la base de usuarios de la aplicación está creciendo rápidamente.

Facebook ya ha demostrado un gran apetito por controlar los hábitos de consumo de contenidos de la gente mucho más allá de sus propias aplicaciones, que intenta monitorear de cualquier forma, a menudo comprando otros servicios como pasó ya con el caso de Onavo.

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