Editorial

6 de junio: Alianza “Va por México”, la única opción opositora viable

Por: Martín Moreno-Durán

«Sí, por inverosímil que parezca, “Va por México” se erige, sin duda, como la alternativa opositora funcional que podrá equilibrar los poderes en México».

 

+ Política y circunstancia

+ El voto útil

La política es un juego de circunstancias. De coyunturas históricas. De momentos determinados. Se gana o se pierde. Y dentro de esta montaña rusa, no hay victorias ni derrotas definitivas.

“Los carniceros de hoy serán los marranos de mañana”, comentó hace algunas semanas, sarcástico, uno de los hombres de mayor confianza de Enrique Peña Nieto durante el sexenio pasado. Tiene razón. Los verdugos políticos de hoy -engallados y soberbios-, serán quienes pongan la cabeza bajo la guillotina dentro de pocos años. Es una lección política que no falla. Es una película que ya hemos visto.

Y con base en las experiencias políticas-históricas, hoy podemos afirmar sin pudor y sin ser “políticamente correctos” –una careta pusilánime e hipócrita utilizada por quienes no quieren llamar a las cosas por su nombre-, que en la estratégica elección del 6 de junio, en la cual México se juega, nada menos, que su futuro como nación, la única opción opositora viables es una y se llama “Va por México”, integrada por el PAN, PRI y PRD.

Sí, por inverosímil que parezca, “Va por México” se erige, sin duda, como la alternativa opositora funcional que podrá equilibrar los poderes en México, hoy por hoy desbocados, en su gran mayoría y con contadas excepciones, en favor de López Obrador.

¿Volver a votar por el PAN? Pues sí.

¿Volver a votar por el PRI? También.

¿Volver a votar por el PRD? Incluido.

¿La coalición PAN-PRI-PRD es opción viable para frenar el avasallamiento de AMLO en la Cámara de Diputados, equilibrar a las fuerzas políticas en las 15 gubernaturas en juego, y en las alcaldías y diputaciones locales? Cierto. Y no sólo eso: representa –vaya paradoja histórica- el contrapeso político principal contra la autollamada 4T rumbo a la segunda mitad del sexenio.

¿Las razones?

Aquí van:

Primera: “Va por México” es una coalición de partidos aliados para contender en contra del partido en el Gobierno. Y que nadie se asuste ni se retuerza: la política es, en esencia, el arte de llegar a acuerdos. Esa es su piedra angular. Y las alianzas político-electorales ocurren en todas las democracias. Así que aquellos políticos, analistas y periodistas que se indignan por esta alianza PAN-PRI-PRD, pretenden asustar con el petate del muerto, reflejan ignorancia y en no pocos casos, fobias históricas o intereses personales que los ubica más como matraqueros del Gobierno que como voces y plumas confiables. Son acuerdos políticos. Y punto.

Segunda: “Va por México” – de acuerdo con lo que ha mostrado en estos días de campañas electorales-, representa el voto útil en contra del régimen autoritario de López Obrador, Morena y la 4T, entendido ese voto – para mayor comprensión de los votantes- como el voto que hace ganar o perder elecciones. Es una ecuación sencilla: si se vota por la alianza PAN-PRI-PRD y logra la mayoría en la Cámara de Diputados, se lograría frenar a la aplanadora obradorista que ha permitido despilfarrar recursos en los caprichos de AMLO: Base Militar Aérea (no es un Aeropuerto), Refinería Dos Bocas y Tren Maya; se reasignarían los presupuestos para mayor atención en salud, para la reactivación económica, para volver a apoyar a madres solteras, a niños con cáncer, a estancias infantiles, a educación, a ciencia, tecnología y deporte, entre muchos otros sectores que fueron abandonados por órdenes de López Obrador. ¿Se eliminarían los programas sociales con un triunfo opositor, como lo pregonan los merolicos de la 4T? Mentira. Esos programas continuarán. Que nadie los espante.

Tercera: “Va por México” sería un contrapeso viable y funcional en lo que resta del sexenio. Así, prácticamente todos los caprichos y propuestas emanadas desde Palacio Nacional pasarían por un filtro democrático en San Lázaro y serían votadas no bajo la consigna presidencial de “no les quiten ni una coma”, sino bajo la sana distancia Ejecutivo-Legislativo que permite el equilibrio de poderes y lo más importante: que las acciones de Gobierno no solamente beneficien a un proyecto político o al estrato fiel a AMLO, sino también, al resto de la población.

Cuarta: “Va por México” se integraría como un frente que detendría el avance de un proyecto político no sólo apoyado e impulsado por López Obrador y proclamado a los cuatro vientos por la 4T – lo han dicho públicamente Dolores Padierna, los hermanos Concheiro y otros voceros del actual régimen-: establecer en México un régimen socialista o comunista similar al cubano o al venezolano. No es suposición o juicio de valor. Allí están sus testimonios, sus hechos y sus intenciones. Si PAN-PRI-PRD logran mayoría opositora en la Cámara de Diputados, se daría un viraje a ese objetivo político de la 4T y de AMLO: llevarnos al socialismo. O al comunismo, como ellos mismos lo han manifestado en diversos foros.

Quinta: “Va por México” no sería palero de AMLO ni de Morena ni de la 4T. Votar por esta oposición – que, a final de cuentas, es lo que nos interesa a la mayoría: vivir en un sistema democrático perfectible, continuo y circular- equivaldría, ante la actual circunstancia política de AMLO de llevarnos a un gobierno de una sola persona, de un sólo pensamiento y de un sólo partido, a apoyar a la única opción viable para detener esa intención jamás manifestada por López Obrador en campaña y practicada ya como Presidente: implantar en México una regresión autoritaria de corte chavista. Votar por el Partido del Trabajo (PT), por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), por Redes Sociales Progresistas (RSP), por Fuerza Social por México (FSM), por Partido Encuentro Solidario (PES), y en algunos casos electorales determinados (no en todos, por supuesto), por Movimiento Ciudadano (MC), significaría votar por Morena. Así de sencillo. Todos estos partidos son satélites de Morena, de AMLO y de la 4T, y únicamente fueron creados para fragmentar el voto opositor y apoyar a Morena en la Cámara de Diputados, llegado el momento de seguir aprobando las descabelladas propuestas de AMLO.

*****

Insistimos: la política – como la propia vida- es de circunstancias. Y hoy por hoy, a la luz de los hechos, la circunstancia en México es una: apoyar el 6 de junio a un proyecto de corte socialista-chavista para que sea implantado en definitiva en el país de aquí al 2024, o bien, apuntalar los tiempos de los contrapesos político-electorales sanos para toda democracia.

Y que nadie los asuste ni los amenace ni se rasguen las vestiduras por volver a votar por el PRI. O por el PAN. O por el PRD. Que no gane el voto del miedo. La política es de momentos históricos, y ahora estamos ante uno de ellos. Definitivo. Clave. Decisivo.

En nuestras manos está, el 6 de junio, reestablecer el equilibrio de poderes.

De lo contrario, el régimen de AMLO nos seguirá llevando hacia una dictadura populista.

Luego no nos quejemos de lo que nos ocurra.

TW @_martinmoreno

FB / Martin Moreno

mmorenoduran03@gmail.com

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