RADIOGRAFÍAS
Esgrima
NORMA SALAZAR
Mis años están firmados
en cada línea de versos,
transitando en hojas blancas.
Aprendí a montar a la vida
a temprana edad.
Con frecuencia retorno a mí ser intrínseco,
acepté en mis primeros años
la Madurez del ser humano.
Con mis mudos ojos aguamiel paseo
al ritmo del bumerang citadino.
Los que están al tanto de mí,
afirman que soy de buen talante
nadie expone que desde que nací sueño sola.
Soy mujer afable en otoño e invierno,
en primavera y verano me sosiego,
me confino en mi terruño, mi origen con recelo.
Tengo por compañía el silencio,
cada día voy respirando la vida
exprimo el último aliento de luz,
al llegar el ocaso descanso y platico
en tiempos con la bóveda nocturna.
A mí el destino me obsequió
un Padre a sotavento con amor de madre
siempre me cantó:
“Ya la Luna baja/en camisón/
a bañarse en un charquito/con jabón./Ya la Luna/baja en tobogán/
revoleando su sombrilla/de azafrán./Quien la pesque/con una cañita de bambú,/
se la lleva/a Siu Kiu”
un Hombre muy Humano, un Caballero antigüo
cómplice fiel, me entregó una Vida Extraordinaria.
Navegó desde la península blanca y encalló en Normandía.
Sí me conquistó, me atavió de joyeles poéticos,
me protegió con sus brazos dóciles,
abatió jaurías con su voz cálida,
Fui su Musa.
Mi padre y el hombre en mi vida,
fueron Baluartes en vilo.
¡Ay, tantas ballestas!
fuimos juzgados por voces arpías.
Sisearon lenguas ¡De ningún modo nos derrumbamos!
Callamos bocas con Nuestras Miradas Altivas,
centelleando afiladas alegrías.
Hoy, de PIE a rajatabla gozo los retos,
el péndulo de mí vida continúa en línea recta,
habrá espirales que disipar.
Mis dos seres importantes e insustituibles
los guardo en lo intocable de mi catadura.
Prometí trotar como los caballos de guerra
cabalgar por el mundo y detenerme a reposar,
sentir el roce de los sauces, escuchar el canto de los ríos.
Y por supuesto, cuando llegue mi turno finito
¡Qué me abrace el mar!
*Canción japonesa De bañar la Luna
Fotografía; Susana Casarin