MI ENCUENTRO CON RAÚL RENÁN
GABRIEL AVILÉS
A PULSO DE TINTA
presagiodemar@gmail.com
Raúl Renán, maestro y amigo. Recuerdo que nos conocimos en un encuentro de poesía realizado en esta ciudad por el Centro Yucateco de Escritores en 1995; en un espacio libre de ese evento, me acerqué a ti para preguntar si dabas clases de poesía particulares. Me respondiste de manera afable y con una sonrisa sincera que si iba a la Ciudad de México harías un horario especial para mí en las tardes.
Al año siguiente, durante las vacaciones de verano, estaba contigo para mejorar mi talento lirico; cada día fui aprendiendo no sólo de cómo ejercer el oficio literario también de tu persona, de ese hombre sencillo, sereno, sincero que daba todo a sus semejantes. De pronto pase de alumno a amigo, sin perder jamás el respeto que te tenía como escritor; sin embargo, hoy, rememoro las ocasiones en que después de las sesiones literarias, íbamos a tomar un café mientras me contabas tus historias, tus diversas facetas como hombre entregado a la literatura y así me fui impregnando de tu labor editorial, difusión literaria y apoyo a los noveles creadores.
Tus enseñanzas son parte primordial de quien soy en la actualidad a la hora de enfrentar mis batallas y seguir mis sueños. Hace cuatro años abandonaste esta dimensión terrenal pero eso no importa porque tu espíritu acompaña a los que te queremos, además de tu legado escritural, siempre vigente y primordial en la literatura mexicana, te hacen imprescindible. Gracias por todo Raúl, algún día nos encontraremos de nueva cuenta para seguir creando sin la premura de la eternidad.