COMO OTRAS
MELISA COSILIÓN
En esta fiscalía donde me topa la luz,
donde los huesos tuertos de mi espalda
son una trabe doliente.
Crujo, lloro horas, vomito.
Cierto dolor me enmudece
desde el día que partiste, amor;
la vida es un delirio que surca los
caminos de la muerte.
Nunca imaginé deshidratarme
por los ojos,
ni apretarme con mis fuerzas
al cristal quebrado del recuerdo.
Tu voz grabada vuelve a mi como topacio,
como aguja negra ensartada en los tímpanos,
invitándome a cantar.
Tengo madejas que voy tejiendo
con las manos, y aún se arrulla
entre mis dedos tu cabello indomable.
Nunca pensé que besaría los pájaros
de las tardes, sin tu boca,
ni que dejaría las frutas madurar
sin nuestros dientes.
Esta noche me duele tanto, como otras.
Como banderas en llamas que se despiertan
a saludar el sudor de las pesadillas.