Regueiras I y II, por Sergio García
Ernesto Adair Zepeda Villarreal
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La literatura en México tiene muchas y variadas formas. Los estilos, las tendencias y los temas se van abriendo paso según la misma sociedad crece y se manifiesta. Hace un par de años, no tantos como se pudiera pensar, el recuerdo de una presentación de un libro sobre las muertas de Juárez daba mucho de qué hablar, y hoy en día la violencia se ha normalizado en todo aspecto de lo cotidiano. En este caso, pasa algo semejante con las novelas de ‘Regueiras’, del escritor Sergio García. Sergio, un hombre tranquilo y de alegre bigote, anda por la vida dando clases y presentando sus libros de poesía que tanto trabajo le ha costado publicar. Es de plática gentil y trato amable. Y tiene entre sus curiosidades dos novelas interesantísimas. Amante de lo noir, o mejor conocido como novela negra o detectivesca, se suma a esos autores que han explorado el crear un thriller policiaco para expandir su creatividad. Y Regueiras, nombre de su alter ego detectivesco, tiene un carisma único.
Las peripecias de la primera historia son incluso hasta tiernas, mostrando que cuando el autor imaginaba a su personaje, la sociedad no estaba tan podrida como ahora, y que era más simple imaginar una prosa limpia, incluso jovial, donde su joven alter ego transcurría sin mayor batalla por la ciudad en la que vive. Muchos años después, y con el peso de los años, esa ciudad de amigos y comunidad dio paso a los crímenes más brutales en una Ciudad Neza menos alegre. Regueiras logro sobrevivir, pero cansado, horrorizado de su entorno, viendo a la crueldad y la narcoviolencia tomar casi todas las cosas que amaba en su localidad. Las novelas de Sergio nos cuentan dos historias rodeadas de personajes creíbles, de gente con la que podríamos habitar, y que nos parece tan real porque así es el mundo que ahora conocemos. En la primera, la desaparición de mujeres (de lo que apena se comenzaba a hablar entonces) dio pie a indagar en el mundo del hampa. Pero es hasta esta segunda que la monstruosidad se hace latente en cada acción del narco.
Sergio nos permite conocer estas historias, pero al mismo tiempo vemos la evolución del escritor-sociedad a través del personaje. El lugar es el mismo, pero ni los hechos ni la sociedad son iguales. A lo largo de su novela se puede ver ese paraíso perdido de la comunidad, pero también el deseo de mantenerse del lado de los buenos, pese a lo difícil o lo aterrador que resulta. También hay espacio para el romance, aunque fugaz, e incluso para los amigos. Esta saga en dos volúmenes nos deja conocer al hombre detrás del bigote, y su gran calidad literaria. A lo largo de su narración nos sentimos identificados con los personajes y sus calles, ya que son idénticos a los que cualquier mexicano puede experimentar por sí mismos. La lección es que hay que resistir, aunque uno se haga viejo o el mal se haga más presente que nunca. En ese sentido, la crueldad de los malosos rebosa en su segunda novela, lo que deja ver cuánto ha permeado la nota roja en nuestras vidas. Sería imposible hablar de esos temas de otra manera, ya que no sería creíble. Por fortuna, Sergio mantiene el buen gusto, e incluso de vez en cuando nos logra sacar de ese horror por ratos con las ocurrencias de su personaje.
La primera novela puede encontrarse en versión digital en aveazul.com.mx, mientras que la segunda está en edición de autor vendida por el mismísimo Sergio. Son historias que nos ayudan a reflexionar en el papel de la comunidad, y el sitio que decidimos ocupar o no respecto a ella. Si es de su interés, valdría la pena que la conozcan y que se acerquen a él, cuando menos virtualmente, para adentrarse en su obra. Reguiras es un hombre común que ha decidido explorar lo poco común, más que nada porque es lo correcto, y porque su estrella lo ha hecho merecedor de amigos y de voluntades. Aunque nada termina siendo blanco o negro, ya que su historia se va moviendo junto con la sociedad. Esta narrativa detectivesca nos llega con frescura e incluso con amabilidad, poniendo en las manos una historia propia (es decir, muy mexicana) a quienes gustamos de este género, principalmente gringo. Sergio adopta el género policiaco para denunciar lo que le parece terrible, y para pedirnos como sus vecinos que no nos dejemos de horrorizar por las situaciones en las que vivimos, rebasados por la corrupción y la violencia. ‘Regueiras’ I y II seguramente serán del agrado de la mayoría de los lectores, ya que no es fantasiosa ni a lo superman gringo, sino que es un detective humano que afronta sus miedos y su carnalidad. Enhorabuena por Sergio, uno de esos pequeños grandes escritores contemporáneos que merece mucha más atención.
