MITÓMANO DE ARCILLA
GABRIEL AVILÉS
A PULSO DE TINTA
presagiodemar@gmail.com
Roto, sin apologías que rescaten mis vértebras,
lejos de cualquier fauvismo ingerido
por un ebrio en pubertad.
Desdeño los camuflajes o éxodos
del hombre que abraza
al afeminado con ceguera.
Huyo a la demencia de los soñadores,
de las meretrices trabajando
bajo lluvia y con medias rasgadas.
Me deslindo de culpas,
de la esquizofrenia de otros,
de aquellos miserables que vociferan
vacíos en crucifixión
para sobrevivir con una doble moral,
mitómanos de arcilla que juzgan
mientras mueven la cola
como perros sarnosos
y mi gata eructa la zozobra
que invade mi lengua por ser el hijo
de Caín en abandono.
Rezo a quemarropa
así me desdibujo en semidiós,
los cerdos festejan mi conversión
arrojándose por acantilados.