Editorial

RADIOGRAFÍAS – TRES LECCIONES DE PANDEMIA: A DOS TONOS

RADIOGRAFÍAS

TRES LECCIONES DE PANDEMIA: A DOS TONOS

NORMA SALAZAR

Comienza un nuevo ritmo de vida con una nueva realidad en este inicio de siglo XXI que ya tiene tatuado la historia a nivel global, un fenómeno de salud convive en este planeta. Éste nuevo paradigma es un reto para la sociedad en todas sus vertientes laborales, educativas, sociales, recreativas, y culturales. Este nuevo parteaguas replantea la evolución en los diseños de los espacios públicos y privados; colegios, oficinas o espacios alternativos. La arquitectura tendrá que ser más eficiente en las futuras soluciones para fortalecer y crear mejores entornos con las nuevas vanguardias y los avances de las herramientas de la ciencia. También, ver el futuro de cómo se desenvuelven las sociedades en su conjunto.

Hoy en día existen grandes desafíos que conciernen a las ciencias humanas y, por supuesto al área científica, por ello analizaremos los puntos de vista en una de las ciencias humanísticas más compleja y fascinante, nos referimos a la ARQUITECTURA en tiempos de pandemia.

El fenómeno de salud que vivimos en estos tiempos aciagos de pandemia del COVID-19 es un periodo de confinamiento o aislamiento obligado para la humanidad que enfrentó una inmovilidad mundial, por ello nos vimos a la tarea de ir en busca de los que forman parte de las cardinales prioridades para una sociedad, el lugar donde cohabitamos y como lo hemos sobrellevado.

El arquitecto Jorge Aizenman Stern nos comparte sus cavilaciones en 3 lecciones de pandemia: Primera lección, dice: Cada vez que a la humanidad nos acechan hechos-cataclísmicos y los sobrevivimos tenemos una oportunidad de oro para revalorar nuestra vida en sociedad. Al encontrarnos con nuestra movilidad reducida y acotando nuestro espacio/tiempo se ha creado un vacío sociocultural en nuestras vidas.

Déjeme ser enfática, enormes ciudades en su nueva dimensión de adaptación tuvieron que re-entender este fenómeno natural de salud a bote pronto, porque constantemente están en metamorfosis acorde a nuevas adaptaciones con sus respectivas etapas en ciertas o, mejor dicho variadas circunstancias de alerta que el ser humano no está preparado para enfrentar su coexistencia de la mejor forma, en su adaptación de trabajo (lugar de oficinas), vivienda (casa propia o departamental), el ámbito educativo (kinder garden, colegios, universidades, centros de investigación) y por supuesto el espacio recreativo (parques, cines, teatros, etcétera)

Ahora bien, no perder de vista qué es tan necesario una reestructuración desde la primera planeación bajo el concepto de resiliencia urbana a esto nos comenta el arquitecto Aizenman:

“Muchos de nosotros hemos ocupado ese vacío que normalmente se llena con actividades de producción y consumo de bienes y servicios, con lo que se puede llamar tiempo creativo o dedicado al Arte. Esto es, nos vemos obligados no solo por salud mental a ser más creativos con nuestro tiempo y el ambiente que habitamos. En sí, esto para mí es algo positivo en muchos niveles. Efectivamente la relación con nuestro espacio vital se vuelve más simbólica y profunda”

Reitero, debe la arquitectura tener presencia en las políticas públicas hacerse notar para aportar desde su trinchera la toma decisiones que piden la sociedad en los espacios urbanos y definir qué ciudades debemos tener para nuestro bienestar, necesitamos vivir con equilibrio y flexibilidad más en tiempos de catástrofes pronunciados por la naturaleza cuando se revela asimismo el caso del aislamiento causado por una pandemia.

Segunda lección: Otro aspecto en que hemos salido airosos como sociedad cosmopolita en pandemia es la resiliencia con la que los sistemas socioeconómicos han sorteado ésta. Esto es creo yo, gracias al nivel de autonomía que estos sistemas han alcanzado en relación con el ser humano; así como a la creciente demanda de sistemas híbridos humano-máquina-medio ambiente-inteligencia artificial, de los cuales dependemos cada vez más y que hasta ahora, han garantizado nuestra supervivencia como comunidad global ultramoderna a pesar de las fallas y alineación que estas pudieran causar.

Estamos conscientes que la arquitectura no puede tener soluciones inmediatas a las demandas de una sociedad en situaciones de emergencia como la que estamos viviendo no se pueden transformar los edificios, casas, colegios, oficinas, espacios públicos o los límites de una ciudad a otra para la sana distancia física entre los seres humanos.

Tercera lección, afirma el arquitecto Aizenman: Nuestras prácticas diarias se han tenido que adaptar al confinamiento ya sea con el trabajo y educación a distancia, las compras y el abasto por internet, etc. En la práctica en sí de la Arquitectura y la educación de futuros arquitectos, estas se han adaptado efectivamente al modo remoto, sin embargo en la Arquitectura, aunque existen y se glorifica al Arquitecto estrella y visionario del cual todo depende, para mí las mejores propuestas siempre han sido un proceso co-creativo que involucra diferentes sensibilidades y que depende mucho de la cercanía física de mentes pensantes que dialogan y discuten sobre la mejor aplicación de las opciones arquitectónicas. La retroalimentación in situ en un proyecto arquitectónico para mi es vital.

Quiero terminar esta conversación de larga distancia estimable Jorge con una reflexión, me queda claro en tus afirmaciones que la arquitectura a raíz de esta epidemia universal, debe repensar en los futuros espacios desde perspectivas con accesibilidad, iluminación, ventilación, armonía sin olvidar los cambios de fenómenos climáticos y de salud.

“Sí, mi conclusión es la siguiente. Para el futuro cercano es obvio que la sociedad aborrece el vacío urbano sociocultural, y tan pronto se dé la “luz verde”, volveremos a la conglomeración habitual, pero ya no será lo mismo. Haber sufrido el confinamiento y el control y restricción a la movilidad, ha despertado, creo yo a un nivel mundial, la añoranza por un espacio/tiempo creativo y menos consumista en el sentido tradicional.”

Reitero, estimable lector, la arquitectura como ciencia humana nos guía para reflexionar la fuerte sensibilidad que tiene dentro de las otras artes sin perder de vista la labor social, ahora bien, la siguiente interrogante ¿La arquitectura puede considerarse arte? Es una ciencia humana que cumple y sobrepasa la necesidad del espacio humano con delicadeza es un entorno físico-estructural de belleza, sí, un arte más, porque se piensa, se traza, dibuja, se esculpe y se muestra como una pieza de arte, es decir, las grandes edificaciones son un símbolo y referencia del alma humana.

El arte es tan complejo que sus directrices son rompecabezas diversos que no podría etiquetarse en una sola referencia.

Termino ávidos lectores, esta breve charla a dos tonos con el arquitecto Jorge Aizenman Stern y su servidora, agradece su paciencia y tiempo para estas RADIOGRAFÍAS. Hombre generoso muy atento a todo el acontecer mundano, ferviente a todas las artes y que en su trabajo lo muestra, no ubica su labor profesional sin la presencia de la literatura, la danza, el teatro, la fotografía, la música, la pintura, la escultura toda la armonía en los espacios que le rodean.

Director en Arquitectura Desarrollo Sustentable SC, Egresado de Harvard University en la disciplina académica Arquitectura-Urbanismo, UC Berkeley disciplina Diseño ambiental.

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