Pumas tendrá que hacer otra hazaña de esas que ahora acostumbra para llegar a la Final. Y es que terminaron perdiendo por un gol en la Ida de la Semifinal ante el Atlas y ahora tendrán que ir al Estadio Jalisco con toda su fiereza para darle la vuelta, cosa que no les es imposible, pues en juegos anteriores lo hicieron.
Pero este jueves, como en los ‘viejos’ tiempos, en aquellos sin pandemia, fue como lució el Estadio Olímpico Universitario, con más de 45 mil almas apoyando a Pumas en la Ida de la Semifinal, aunque sí hubo una pequeña fracción rojinegra.
Y sabiendo que el primer encuentro era fundamental, Universidad no perdió la oportunidad de generar peligro desde el inicio, pero ninguno de los jugadores pudo concretar ninguna de las opciones. Así transcurrió el tiempo, con CU abarrotado y los gritos de apoyo a Pumas en todo momento.
Hasta que Julio Furch calló al Olímpico. Fue al minuto 42 del partido, que el delantero del Atlas, aprovechó una pelota que le dejó Julian Quiñones, y desde fuera del área, el argentino prendió el balón y puso adelante a los Rojinegros.
Posteriormente, la esperanza auriazul revivió cuando Jeremy Márquez barrió a Sebastián Saucedo, y aunque se pedía penalti, el árbitro Jorge Isaac Rojas revisó y no marcó la pena máxima.
El tiempo seguía su curso y el técnico Andrés Lillini hizo ajustes porque a pesar de que su equipo intentaba, no lograba vencer a la mejor defensiva del torneo (con 10 goles en la fase regular); sin embargo, Diego Cocca se mantuvo y esperó para hacer movimientos.
Los universitarios insistieron. Sus jugadores de ataque tuvieron la posibilidad de igualar el marcador. Incluso, de las más claras fue en la recta final, cuando Juan Ignacio Dinenno disparó a ‘quema ropa’, pero el arquero Camilo Vargas hizo la atajada del partido manteniendo al Atlas con ventaja.
Al final, fueron los Rojinegros quienes no perdonaron y el disparo que tuvieron no lo desperdiciaron y se llevaron la ventaja de un gol, mientras que Pumas, las que tuvo no las pudo concretar y el domingo tendrá que luchar contra la corriente.