VIENTO SUR
VI
GUILLERMO ALMADA
Yo ya he estado muerto,
tanto como vivo.
He sentido la vergüenza cruel
del opresor
y el reparo tenaz del oprimido.
Yo ya he sido juez
y he sido parte.
He clavado la lanza en el costado
y he sentido los clavos
y me han dolido los hijos,
las abuelas, y las madres.
Armé una revolución sin precedentes
de la que no habló nadie,
y he buscado colores
en lo oscuro…
Ya limpié todas las armas
Y regué las rosas
También profesé, como un templario,
la religión de tu cuerpo.
Fui mito y fui bandera
tanto como peregrino
en Compostela.
A escondidas leí
todos los libros prohibidos.
(El códice de los amantes
es el único que llevo conmigo)
He recitado el Corán al alba
mirando a Jerusalén,
como el profeta…
Y he orado de pie en las sinagogas.
Ya convencido de estar purificado
he salido a pecar con albedrío.
Ya fui realista, y pedí lo imposible.
Combatí al capital y crié enemigos.
Ya fui vencedor.
Ya fui vencido.
Solo resta que inclines tu cuerpo sobre el mío
para que pueda contarte en un abrazo
todos los sueños que he cumplido.