Mariel Turrent
Padecimientos literarios y otras afecciones
Réquiem
Ochenta años construyendo mi mundo
Mundo de certezas
de manzanos que dan manzanas
de pájaros que tejen nidos y vuelan
Mundo de abuelos, de padres, de tíos
de abrazos y enredaderas
Adiós a los padres
Hoy el tiempo corre
detrás de algo desconocido
Como persiguiendo
al ladrón de mis certezas,
A la velocidad de un tren
destino: ciudad nostalgia
que no se detiene
y deja estaciones de ayeres
Los paisajes familiares
empiezan a poblarse de muertos
El horizonte va quedando atrás
se desvanece
La incertidumbre es una yerba que no abraza
pero crece en los terrenos del futuro
al que doy alcance
Incierto el futuro
empieza a deshabitarse de apegos
Es preciso reinventarme
adaptar nuevas fórmulas
las que me vieron crecer
tienen ya un tono sepia
Aparecen nuevas flores
Frutos en los árboles
que no reconozco
pero conforman
tal vez
mi alimento futuro
mi porvenir solitario
¿Dónde esconderé
de los ladrones
mis recuerdos?