SILENCIOS
MELISA COSILIÓN
Cuando estás en silencio, canto.
Aunque luego desaparezcas en medio
de reinas imaginarias.
Me sobresalto, y comienza a taladrar
la mente inquieta, la angustia.
Entre las historias que revientan mi cabeza,
me cuento muchas cosas de la mano
de aquellas verdades a medias.
Y pasan las horas y no vuelves
ni tú, ni tu sonrisa, ni tu fantasma.
Hay un punto en esta angustia
donde se vuelve coraje, y ese coraje
en punta de flecha clavada
obstinadamente en mi costado.
Cuando siento que la muerte
ha de arrancarme de la locura… floto.
Me voy despacio para rumiar adentro
esos dolores que son muy míos.
A veces tu silencio se rompe cuando llego
a ese punto, te presentas.
Pero hoy, a estas horas de la noche,
ni tu voz, ni tu acento, ni el fantasma
de tu nombre han aparecido.